Actualizado: martes, 12 diciembre 2017 20:23


BRUSELAS, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, trasladará a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la cumbre de este jueves y viernes que implantar cuotas obligatorias de acogida de refugiados para los Estados miembros es una medida "ineficaz" y que aparcarla ayudaría a pactar la reforma de la política de asilo común de aquí al próximo junio, un planteamiento que Bruselas ha tachado de "inaceptable".

La idea de imponer un reparto obligatorio de la carga de acogida ha demostrado ser fuente "de muchas divergencias" entre los 28 y se le ha dedicado una atención "desproporcionada" a la luz de su impacto real, lo que ha juicio de Tusk prueba que se trata de una medida "ineficaz", de acuerdo al documento de trabajo que ha trasladado a los líderes de la UE.

El objetivo es forzar en la cena de la primera jornada de cumbre un debate "abierto y políticamente honesto" sobre el modo de reactivar la reforma de la política de asilo común y consensuar de aquí a junio del próximo año la revisión del reglamento de Dublín, que confiere la responsabilidad de la acogida y tramitación de las demandas de asilo únicamente al país de entrada.

Para ello, el presidente del Consejo cree necesario "restablecer la confianza" entre los Estados miembros, fuertemente enfrentados en este punto, y lograr una solución que permita "combinar responsabilidad y solidaridad", para lo que según fuentes europeas pasa por asumir que el sistema de cuotas "no es la respuesta".

Las diferencias sobre este programa "son las mismas dos años después", apuntan desde Bruselas, y no se espera que de la cumbre de esta semana salgan decisiones definitivas ni declaraciones escritas, pero sí fijar el camino para desatascar las negociaciones de la reforma.

"Es evidente que no es la respuesta a largo plazo en la política migratoria, puede ser un complemento, pero lo que está claro es que no es la respuesta", ha advertido un alto funcionario europeo.

Sobre si Tusk pedirá directamente a los líderes enterrar la idea de cuotas permanentes, desde su entorno apuntan que su objetivo no es "imponer soluciones", pero que es "difícil de imaginar" que se pueda alcanzar un consenso a 28 si se mantiene esta propuesta sobre la mesa.

La Unión Europea reaccionó a la crisis de refugiados de 2015 con un programa para trasladar al resto de Estados miembros a 160.000 demandantes de asilo llegados a Italia y Grecia, pero al cabo de los dos años previstos para ejecutar el plan los países apenas han cumplido con un tercio del objetivo y han acogido a 47.905 personas.

La Comisión defiende, pese a todo, que es necesario instaurar un mecanismo permanente para repartir mediante cuotas la acogida de demandantes de asilo en casos de crisis graves, un sistema que sería obligatorio pero que sólo se activaría en escenarios de crisis.

Las conversaciones a 28 llevan meses bloqueadas en materia de migración, especialmente lastradas por las desavenencias en cuanto a las cuotas de acogida, en especial entre los países tradicionalmente de entrada de inmigrantes y los países del Este.

Este pulso llevó a Hungría, Polonia y República Checa a boicotear el programa de reubicación de dos años y a avisar de que no aceptarán ningún mecanismo similar a largo plazo. Un plante al que Bruselas ha respondido expedientándoles y llevándoles esta misma semana ante el Tribunal de Justicia de la UE por no cumplir con sus obligaciones de acogida.

BRUSELAS ARREMETE CONTRA TUSK

El comisario de Interior y Inmigración, Dimitris Avramopoulos, promotor de la propuesta de cuotas obligatorias, ha respondido con enfado al documento enviado por Tusk a las capitales y le ha tachado de "antieuropeo".

El comisario ha considerado "inaceptable" que el presidente del Consejo "niegue todo el trabajo" realizado en los dos últimos años y le ha recordado que le rol de la institución que preside es el de "defender la unidad y los principios europeos".

"El documento socava uno de los principales pilares del proyecto europeo, el principio de solidaridad. Europa sin solidaridad no puede existir está en el texto fundador de nuestros tratados", ha advertido.

Avramopoulos ha insistido en que no se puede dejar a Estados afrontar de manera individual la gestión migratoria, que la protección de la frontera exterior es una obligación común y que, en ningún caso, la UE ha construido una "fortaleza" para impedir la entrada de refugiados.

También ha rechazado que el programa de reubicación de demandantes de asilo haya sido un fracaso y ha avisado a los 28 que la solidaridad "no puede ser a la carta", para concluir pidiendo "no alimentar posiciones antieuropeas".

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