BRUSELAS, 20 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha considerado este viernes "exagerado" hablar de punto muerto en las negociaciones para pactar las condiciones del divorcio con Reino Unido, mientras que el jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, ha asegurado que "odia" la perspectiva de un "no acuerdo" con la que Londres ha querido presionar en el pasado.
Ambos se han expresado así tras una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la que la británica, Theresa May, ha pedido a sus aún socios un acuerdo que pueda "defender" ante los británicos y los 27 le han respondido con la oferta de iniciar los preparativos "a nivel interno" para dar el siguiente paso en diciembre, si antes se cierran las condiciones del divorcio.
Los líderes de la UE a 27 han certificado que siguen sin darse las condiciones para considerar suficientes los avances en las que son sus tres prioridades: derechos de los ciudadanos comunitarios en Reino Unido, factura de salida para Londres y proteger la frontera 'suave' irlandesa.
El negociador jefe europeo, Michel Barnier, señaló como principal escollo las marcadas diferencias sobre la factura que Reino Unido debe asumir a su salida para cumplir con los compromisos presupuestarios asumidos con la UE, hasta considerar que las conversaciones sobre este asunto están "en punto muerto".
Tras escuchar a May en una cena informal de líderes el jueves y a Barnier el viernes --sin la británica en la sala--, Tusk y Juncker han confirmado que la cuestión financiera es clave para la UE, pero han insistido en un mensaje de voluntad política para reimpulsar los contactos.
"Nuestra impresión es que las informaciones sobre un 'punto muerto' entre Reino Unido y la UE han sido exageradas. Que los avances no sean suficientes, no significa que no los haya habido en absoluto", ha señalado Tusk en una rueda de prensa al término del Consejo europeo.
En cualquier caso, ha dicho, los trabajos internos para tener directrices preparadas en diciembre sobre el marco futuro y el periodo transitorio "tendrán en cuenta" las propuestas británicas y los 27 trabajarán "activamente" para lograr el acuerdo que permita abrir esa segunda fase a final de año.
Juncker, por su parte, ha asegurado que "odia" la perspectiva de fracasar en las posibilidades de un acuerdo y ha afeado a quienes desde Londres alimentan este escenario que no hayan explicado a los británicos "qué quiere decir un 'no acuerdo'" y cuáles serían "sus consecuencia". "Nuestro escenario de trabajo no es la falta de acuerdo, quiero un acuerdo justo", ha zanjado.
También la canciller alemana, Angela Merkel, ha insistido en que resolver las fuertes divergencias en la materia económica será una de las claves para avanzar en diciembre.
"Depende en gran medida de que Reino Unido haga avances que nos permitan decir que ha habido progresos suficientes. El acuerdo financiero es una cuestión dominante en este aspecto", ha explicado Merkel.
Además de la factura, las garantías de los derechos de los ciudadanos comunitarios es otra de las prioridades, aunque las partes consideran que las posiciones están más cerca y que las diferencias son abordables.
"Debemos proporcionales certeza y minimizar el impacto de esta decisión política en sus vidas", ha dicho el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para incidir en la importancia de este asunto.
"Es evidente que queda mucho por hacer", ha opinado, a su vez, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, para quien será necesario que ambos bandos tengan "serenidad y calma" y ha celebrado que May haya enviado "señales de apertura" en las últimas semanas.
Además, el mandatario galo ha tachado de "ruido y falsas informaciones" difundidos por "actores secundarios o espectadores" la posibilidad de un fracaso en las negociaciones. "May no ha evocado en ningún momento la posibilidad de un no acuerdo", ha justificado.