MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Unión Africana (UA) ha puesto fin este domingo a su cumbre sin conseguir los respaldos necesarios para la aprobación del envío de tropas de pacificación a Burundi sin el permiso del Gobierno, que se opone a dicha posibilidad.
La UA quiere desplegar 5.000 militares en Burundi para contener una violencia que ha dejado ya cientos de muertos. Sin embargo, el Gobierno burundés ha advertido de que no permitirá la entrada de ninguna fuerza extranjera y ha hablado incluso de invasión.
Tras la cumbre, el comisario de Paz y Seguridad del bloque regional, Smail Chergui, ha asegurado que la UA enviará una delegación de alto nivel a Burundi para continuar las consultas sobre el posible despliegue.
Así, ha dicho que el mismo tendría como objetivo desarmar a las milicias, proteger a los civiles, facilitar el trabajo de las organizaciones no gubernamentales e incautar las armas ilegales, según ha informado la emisora estadounidense Voice of America.
Por su parte, el ministro de Exteriores burundés, Alan Nyamitwe, ha resaltado que la cumbre ha terminado con el entendimiento de que la delegación no centrará su viaje en reclamar el despliegue de tropas en el país.
"Debido a que el Gobierno ha indicado en numerosas ocasiones que no estamos interesados en esa fuerza, creo que está claro que la delegación no hablará sobre ella, ya que nos hemos pronunciado sobre esto muy claramente en múltiples ocasiones", ha dicho.
El país africano está envuelto en una crisis política desde que el presidente, Pierre Nkurunziza, decidiera presentarse a un controvertido tercer mandato, algo que la oposición criticó como inconstitucional. Desde entonces, han muerto al menos 400 personas y unas 220.000 han huido a países vecinos.
La oposición aseguró que su reelección violaba los términos del acuerdo de paz que se firmó en 2005 tras doce años de guerra civil. Este acuerdo de paz incluía reformas en el Ejército, que fue absorbido por los rebeldes, de mayoría hutu, y que había sido dirigido por la minoría tutsi.
El Gobierno de Burundi ha acusado a Ruanda, su país vecino, y a otros países de Occidente de entrometerse en sus asuntos internos, afirmando que todos ellos están agravando la crisis del país.
Los países occidentales temen que Burundi podría vivir de forma interna un conflicto entre etnias, desestabilizando la región que fue testigo del genocidio de Ruanda en 1994. Al igual que Ruanda, Burundi posee una mayoría étnica hutu y una minoría tutsi.