Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité Noruego, al anunciar el Nobel de la Paz - Heiko Junge/NTB/dpa
BRUSELAS, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea ha aplaudido este jueves el reconocimiento del premio Nobel de la Paz para el activista bielorruso Ales Bialiatski, la ONG rusa Memorial y el Centro para las Libertades Civiles de Ucrania, tras señalar que premia el papel de la sociedad civil en la lucha por la democracia frente a las autocracias.
"Reconoce el coraje impresionante de las mujeres y hombres que se levantan frente a la autocracia. Muestran el verdadero poder de la sociedad civil en la lucha por la democracia", ha señalado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un mensaje en redes sociales.
"Cuenten sus historias, compartan su compromiso y ayuden a hacer el mundo un lugar más libre", ha subrayado la líder del Ejecutivo europeo sobre los galardonados.
En otro mensaje, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha valorado la actividad de estos activistas como "un faro de luz y un símbolo de paz" en un momento en el que, en plena invasión rusa de Ucrania, "la paz está siendo desafiada".
Bialiatski pasó tres años en prisión, entre 2011 y 2014, y fue detenido de nuevo tras las protestas postelectorales de 2020. Aún permanece en prisión preventiva, por lo que es la cuarta persona reconocida con el Nobel mientras está presa, junto a la birmana Aung San Suu Kyi, el chino Liu Xiaobo y el alemán Carl von Ossietzky.
En Rusia, el Comité Noruego ha puesto el foco en la ONG Memorial, fundada en 1987, en pleno declive soviético, por activistas como Andrei Sajarov, que ya había sido reconocido previamente con el premio Nobel de la Paz. La organización siguió creciendo tras el colapso de la URSS y su constante pulso con el Kremlin llevó a que fuese declarada "agente extranjero" y obligada a cerrar a finales de 2021.
Por su parte, el Centro para las Libertades Civiles surgió en 2007 para promover la democracia y la defensa de los Derechos Humanos en Ucrania y, durante estos últimos meses, ha trabajado para identificar y documentar los presuntos crímenes de guerra perpetrados por Rusia. Ya había abogado desde su fundación por la incorporación de Ucrania al Tribunal Penal Internacional (TPI), en aras de la rendición de cuentas.