BRUSELAS 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea ha celebrado el inicio del proceso del Tribunal Penal Internacional (TPI) por crímenes de guerra por la destrucción de monumentos religiosos y culturales en la localidad maliense de Tombuctú, al mismo tiempo que ha defendido que la cultura es un "importante factor de desarrollo económico y social, de reconciliación y de paz duradera".
"La apertura de proceso histórico, que ha sido llevado por las propias autoridades malienses ante el TPI de La Haya, constituye un importante acontecimiento", ha asegurado en un comunicado un portavoz de la Alta Representante de Política Exterior y Seguridad Común, Federica Mogherini, en el que destaca además que "favorece la puesta en práctica" del Acuerdo de Paz y Reconciliación".
En la misma línea, la UE ha destacado que la cultura "no es únicamente la base de toda sociedad" sino también "un importante factor de desarrollo económico y social, de reconciliación y de paz duradera". "La rehabilitación y la defensa del patrimonio cultura de Tombuctú forman parte de sus apoyos y de sus intervenciones (de la UE) en Malí", añade.
De la misma forma, el portavoz ha subrayado que la destrucción de varios monumentos históricos en esta localidad durante la ocupación yihadista del norte del país en 2012 "constituye un ataque contra el patrimonio cultura de Malí y de la Humanidad entera". "También ha sido una afrenta contra la identidad y los valores de las poblaciones locales", apunta el comunicado.
Precisamente, el miliciano islamista Ahmad al Faqi al Mahdi, se ha declarado este lunes culpable de sus actos, por los que ha pedido perdón. Al Mahdi es la primera persona en ser juzgada por crímenes de guerra por la destrucción de monumentos religiosos.
Los hechos ocurrieron entre el 30 de junio y el 10 de julio de 2012, periodo durante el cual Tombuctú, así como el resto del Azawad (nombre que usan los habitantes del norte de Malí para hablar de su territorio), estuvo en manos de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y Ansar Dine, grupo armado tuareg al que pertenece el acusado.
Los yihadistas destruyeron mezquitas y mausoleos e incendiaron decenas de miles de manuscritos durante los meses en los que controlaron la ciudad antes de ser expulsados por las fuerzas francesas en enero de 2013.