La UE da luz verde a la reforma que restringe los visados a países que no acepten las devoluciones de inmigrantes

BRUSELAS, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Unión Europea ha dado este jueves su luz verde definitiva a la reforma que restringe los visados de entrada para periodos cortos a los países que no acepten de vuelta a sus nacionales en situación irregular en Europa y se nieguen a cooperar de manera suficiente para garantizar su devolución.

La nueva regla prevé que se adapten algunas de las disposiciones del reglamento de visados, como las tasas, el tiempo de tramitación o la validez de los visados de entrada múltiple, al nivel de cooperación de los países terceros en la readmisión de inmigrantes irregulares.

Así, la Comisión Europea llevará a cabo evaluaciones periódicas y detalladas sobre el grado de colaboración para establecer si dicha cooperación ha sido "suficiente" o "insuficiente", en función de lo cual se graduará el proceso de tramitación de visados.

La reforma negociada entre la Eurocámara y los Veintiocho incluye otras novedades con las que el bloque quiere simplificar y agilizar los procesos para los viajeros de "buena fe". Se trata de los visados para periodos cortos --de hasta 90 días en un periodo de 180-- que se aplican a más de 100 países.

Así, la tasa general por un visado subirá 20 euros --hasta los 80 euros-- para ayudar a los estados miembro a costear el refuerzo en los controles de seguridad y los sistemas informáticos.

Además, se armonizarán la reglas para conceder visados múltiples a los viajeros frecuentes cuyos antecedentes de viaje estén en regla, de modo que puedan optar a permisos de periodos más largos que aumentarán progresivamente de uno a cinco años.

Otra de las novedades de la reforma es que quienes deseen entrar en territorio comunitario podrán solicitar el visado desde seis meses de antelación y hasta quince días antes del viaje. También podrán completar y firmar el formulario de solicitud electrónicamente.

La nueva exigencia de contratar un seguro médico de viaje será evaluada por la Comisión Europea a los quince meses de su introducción, teniendo en cuenta los gastos médicos reales en los que incurran las personas que viajen con visado.