La UE se desmoronará si no controla la migración, según el primer ministro eslovaco

BRATISLAVA, 9 Feb. (Reuters/EP) -

La Unión Europea tiene que ser capaz de controlar la migración este año o se desmoronará, ha advertido el primer ministro eslovaco, Robert Fico, en un artículo publicado este martes.

"Ignorar el aumento de las tensiones, el nerviosismo y el miedo entre las personas por el hecho de que la UE no tenga una solución real para la crisis migratoria mientras los refugiados continúan llegando (...) podría tener consecuencias catastróficas", ha escrito Fico en el diario 'Hospodarske Noviny'.

"No importa a quien le guste o no, 2016 será el año en el que si la Unión Europea no es capaz de controlar la migración se desmoronará", ha añadido.

En el artículo, que ha llegado una semana antes de la reunión entre los países miembros del grupo Visegrado y de la cumbre europea en la que se tratará la crisis migratoria, el primer ministro ha abogado por fortalecer las fronteras de la UE.

Fico también ha relacionado el flujo de inmigrantes con los atentado del 13 de noviembre en París y la violencia durante la Nochevieja en Colonia, Alemania, y lo ha calificado de "ficción" multicultural.

El Gobierno de Fico presentó una denuncia contra la decisión de la UE de redistribuir a 160.000 refugiados entre los países miembros.

Sus políticas y su postura antinmigración han calado entre los votantes en Eslovaquia, un país católico de 5,4 millones de habitantes, con una sociedad muy homogénea y sin casi experiencia en la acomodación de inmigrantes, y ha hecho de ellas su principal baza durante su campaña para las elecciones parlamentarias de Eslovaquia del 5 de marzo.

República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia han tomado una postura conjunta muy fuerte contra la migración y no han llegado a un acuerdo con los países del oeste de la Unión Europea sobre el flujo de inmigrantes, que alcanzó el millón de personas en año pasado.

La mayoría de los inmigrantes se han dirigido a los países más ricos de la UE, como Alemania, por lo que el número de los que se han quedado en los países de Europa central ha sido bajo.