BRUSELAS, 8 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea ha señalado este martes que la situación en Bielorrusia está "peor que nunca", cuando se cumplen tres años de las elecciones fraudulentas en las que el presidente Alexander Lukashenko consiguió un nuevo mandato y reprimió las manifestaciones pacíficas de activistas prodemocracia.
Este miércoles, 9 de agosto, marcará el aniversario de los comicios en 2020 tras los que cientos de miles de bielorrusos "salieron a la calle para defender pacíficamente su derecho a elegir su propio futuro", han recordado los Estados miembros en un comunicado conjunto, que critica la "brutalidad extrema" empleada por el régimen de Lukashenko contra las protestas pacíficas.
"Tres años después, la situación es peor que nunca para quienes se atreven a expresar cualquier crítica al sistema. Estamos profundamente preocupados por la situación de los derechos humanos en Bielorrusia", ha señalado la declaración.
La UE recuerda que hay cerca de 1.500 presos políticos en cárceles bielorrusas "en condiciones terribles", "expuestos a malos tratos y tortura, sin acceso a servicios sanitarios esenciales" y recuerda que muchas de las personas presas no han tenido contactos en meses con sus abogados y familiares.
En este sentido, los Veintisiete subraya su respuesta ante la deriva autoritaria de Minsk con varias rondas de sanciones por la represión continua contra voces independientes en Bielorrusia. Igualmente insiste en que la UE "continuará presionando al régimen bielorruso el tiempo que sea necesario".
En la declaración, el bloque reitera su petición a las autoridades bielorrusas para mantener un diálogo inclusivo con todos los actores de la sociedad para la celebración de unas elecciones "libres y justas", después de que las de 2020 fueran tachadas de fraudulentas y no se reconocieran por parte de la UE.
BIELORRUSIA, UNA AMENAZA REGIONAL E INTERNACIONAL
La deriva del mandatario bielorruso en 2020 provocó una cascada de sanciones por parte de la UE, con sanciones tanto individuales a los miembros del régimen, incluyendo Lukashenko y su círculo familiar y político.
Los siguientes meses Bielorrusia mantuvo un pulso con la UE al orquestar una crisis de refugiados desde su propio territorio hacia Polonia y los bálticos, además de secuestrar un vuelo comercial de la compañía Ryanair para detener a un periodista crítico con el régimen.
Desde entonces, Minsk se ha convertido en una amenaza "regional e internacional", señala la UE, que indica la complicidad con la agresión rusa contra Ucrania y el hecho de que Lukashenko haya permitido operar desde su territorio al Ejército ruso para lanzar el ataque contra Ucrania.
Igualmente, Bielorrusia ha estrechado los lazos con Moscú para permitir el despliegue de cabezas nucleares en su propio suelo y llegado a un acuerdo para que los paramilitarres del grupo Wagner operen desde el país, convirtiéndose en una amenaza para la seguridad de Europa.