MADRID, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea (UE) ha afirmado este jueves que el nuevo calendario electoral en República Democrática del Congo (RDC), que contempla la celebración de presidenciales en diciembre de 2018, "abre un ciclo que debe llevar a una transición democrática".
"Las autoridades e instituciones a cargo de su organización son responsables de la puesta en marcha efectiva de este calendario, a través de un proceso legítimo y consensuado que implique a todos los actores políticos y civiles", ha dicho Catherine Ray, portavoz para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE.
Así, ha manifestado que "el diálogo y el rechazo a todo recurso a la violencia debe prevalecer", resaltando que "para reunir las condiciones de unas elecciones creíbles e inclusivas es primordial poner en marcha medidas para rebajar la crispación política, en el marco del respeto a la Constitución y al acuerdo del 31 de diciembre de 2016".
La principal coalición opositora de RDC, la Plataforma, ha rechazado este calendario electoral, porque viola un acuerdo previo para votar este mismo año, y ha expresado su temor a que sea una nueva treta para perpetuar al presidente, Joseph Kabila, en el poder.
En su comunicado, la Plataforma recalcó que "el calendario presentado por la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) "viola a la vez la Constitución, el Acuerdo del 31 de Diciembre de 2016 y la ley electoral".
Por ello, reiteró su llamamiento a favor de una remodelación del organismo para garantizar "su independencia, imparcialidad, transparencia y credibilidad", pidiendo que se garantice "la seguridad de las operaciones electorales y los candidatos".
Así, incidió en que "el calendario publicado confirma una vez más que con la CENI actual y Kabila (...) no se puede esperar la organización rápida de las elecciones para garantizar la alternancia de poder en RDC, tal y como exige el pueblo congoleño".
La Plataforma hizo por ello un llamamiento a la movilización popular para lograr que las elecciones se celebren antes de que termine el año, tal y como contempla el Acuerdo de San Silvestre, firmado en diciembre de 2016 entre el Ejecutivo y la oposición.
"En cualquier caso, la oposición sigue creyendo que es posible organizar las elecciones el 30 de junio de 2018, como muy tarde", remachó. Previamente, las autoridades habían apuntado a esa fecha como la más probable, argumentando que en ningún caso podrían ser organizadas antes de final de año.
EL PARTIDO DE KABILA APLAUDE EL APLAZAMIENTO
El partido de Kabila destacó el lunes que el anuncio sobre la fecha de las próximas elecciones supone "un gran avance para el arraigo de la democracia".
En su comunicado, el Partido del Pueblo para la Reconstrucción y la Democracia (PPRD), indicó que la publicación del calendario "marca un punto de no retorno en el camino ineludible hacia el cumplimiento de las demandas del pueblo".
"Las alteraciones derivadas de una pelea política no son apropiadas", sostuvo, resaltando que "todas las partes con buena fe y patriotismo deben participar y comprometerse con unas elecciones libres, democráticas y transparentes".
Así, manifestó que "las elecciones no son un fin en sí mismo", solicitando que "nunca sean equiparadas con un conflicto armado que provoca odio y resentimiento", según ha informado la emisora local Radio Okapi.
La CENI anunció el domingo el nuevo calendario y el presidente del organismo, Corneille Nangaa, indicó que hasta ahora 43 millones de ciudadanos se han inscrito ya para participar en la votación.
Este anuncio se produce en medio de la crisis provocada por la negativa de Kabila a abandonar su cargo a finales de 2016, cuando acababa su mandato.
Finalmente Kabila y la oposición pactaron la celebración de elecciones a finales de 2017, pero las autoridades argumentan que es imposible realizar la votación en ese plazo.
Los constantes retrasos han sumido el país en el caos y en la violencia política, que se ha cobrado las vidas de decenas de personas y causado que partes del país hayan acabado en manos de insurgentes que han amenazado con seguir la lucha hasta que el presidente abandone el poder.