El presidente de Rusia, Vladimir Putin - -/Kremlin /dpa
BRUSELAS, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea y Estados Unidos buscan este jueves elevar la presión contra el presidente ruso, Vladimir Putin, cerrando filas con cumbres a nivel de líderes en la OTAN, el G7 y el Consejo Europeo, en un frente sin precedentes ante la invasión rusa de Ucrania.
Cuando se cumple un mes del inicio de la ofensiva rusa, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, viaja a Europa en una señal clara de apoyo al continente en plena guerra en Ucrania y con la aspiración de trabajar mano a mano los siguientes pasos a dar en el campo militar y de las sanciones contra Rusia.
En la agenda, una cumbre extraordinaria de la Alianza Atlántica que se completará con una de líderes del G7 y del Consejo Europeo, ocasión para que la UE en su conjunto debata con Biden la evolución de la guerra en Ucrania.
La cita en la OTAN arrancará con un intercambio de opiniones por videoconferencia con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que también se dirigirá a los de la UE en la reunión de la tarde. Este punto servirá para lanzar el debate sobre cómo aumentar el apoyo militar a Ucrania ante los temores de una escalada de la violencia, o incluso el uso de armas químicas o nucleares.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya ha avanzado que la Alianza está preparada para proteger a todos sus aliados ante este escenario y que redoblará la ayuda a Kiev, dando "equipamiento" para hacer frente a una amenaza "química, biológica, radiológica o nuclear" rusa.
Además, los lideres aliados ratificarán el despliegue de cuatro nuevos batallones de combate en el flanco oriental. Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria albergarán estas fuerzas, que se suman a otras cuatro en Polonia y los bálticos, un intento de apuntalar a la OTAN en el sureste de Europa.
EMBARGO AL PETRÓLEO RUSO
Una vez acabe la cita en la OTAN, será el turno para que los líderes del G7, incluido el primer ministro japonés, Fumio Kishida, se reúnan en persona en la propia sede de la organización militar con la coordinación a la respuesta política al Kremlin como plato principal.
Sobre la mesa está también la opción de reforzar las sanciones existentes y ahormar las medidas para cerrar posibles agujeros, algo que se discutirá también con los líderes de los Veintisiete en la reunión del Consejo Europeo.
Aunque fuentes diplomáticas europeas señalan que no se esperan nuevas sanciones, la visita de Biden a Europa se interpreta como un empujón a este debate y a nadie se le escapa que las restricciones norteamericanas han ido más lejos que las europeas en materia energética.
Así las cosas, sobrevuela la urgencia de acordar un embargo al petróleo y gas ruso para cerrar una importante vía de ingresos de Moscú. Pese a que en Bruselas no se descarta ninguna medida, varios Estados miembros han mostrado ya sus dudas sobre una decisión que tendría un enorme coste económico y elevaría el precio, ya disparado, de la energía.
Tanto a nivel de la OTAN y como de Consejo Europeo habrá momento para analizar el papel de China en la crisis ucraniana. Washington ha amenazado ya a Pekín con represalias si colabora con Moscú en la ofensiva militar, algo que en Europa tratan con más cautela.
En el viejo continente evitan elevar el tono y piden al gigante asiático ser parte de la solución y no del problema, a la espera del papel que pueda desempeñar en el escenario geopolítico que se abre con la guerra en Ucrania.