MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, ha acogido con satisfacción el acuerdo preliminar entre el FMI y las autoridades tunecinas para la entrega de un préstamo estimado en 1.900 millones de dólares (1.950 millones de euros) con vistas a su ratificación definitiva en diciembre.
"La Unión Europea está dispuesta a contribuir a este programa y a la estabilidad general de Túnez, incluso mediante un rápido desembolso del próximo tramo de nuestro apoyo presupuestario de 40 millones de euros y la consideración de una nueva ayuda macrofinanciera", ha dicho Borrell en un comunicado leído por el comisario de Vecindad y Ampliación, Oliver Varhelyi, en uno de los plenos del Parlamento Europeo.
Así, ha precisado que la UE sigue dispuesta a apoyar al pueblo tunecino en un "difícil contexto económico". "Seguimos dispuestos a acompañarlos en las reformas estructurales sustanciales y difíciles, pero necesarias, que tendrán que emprender", ha precisado.
En este sentido, ha recordado que el pueblo tunecino busca preservar los "principios y valores compartidos" que trajo la Revolución de los Jazmines, el levantamiento enmarcado en al Primavera Árabe que propició el fin del régimen autocrático de Zine el Abidine ben Alí en 2011.
"La Unión Europea no ha ocultado sus temores respecto de algunas de las medidas adoptadas en los últimos meses en Túnez. Nuestro mensaje ha sido muy claro desde el principio, privada y públicamente cuando sea necesario", ha indicado.
Pese a ello, ha matizado que "las transiciones políticas son difíciles", por lo que la UE considera "crucial" su apoyo a Túnez para impulsar un "diálogo inclusivo" hacia un proceso democrático que cuente con un "amplio consenso".
El acuerdo con el FMI es considerado como un paso imprescindible para que los inversores y donantes internacionales recuperen la confianza en el país, escenario desde julio del año pasado de una grave crisis política desde que el presidente, Kais Saied, disolviera el Gobierno y suspendiera el Parlamento --posteriormente disuelto--, arrogándose todas las competencias.
Túnez lleva meses necesitado de ayuda internacional mientras lidia con una crisis en las finanzas públicas que ha generado temores de que pueda dejar de pagar la deuda y que ello contribuya a la escasez de alimentos y combustible.