MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea ha comunicado este domingo su preocupación por la nueva ola de protestas del sábado en Irak protagonizada por los partidarios del poderoso clérigo Muqtada al Sadr y ha pedido a las fuerzas iraquíes que concluyan sus atascadas negociaciones de Gobierno, clave de esta última crisis, de acuerdo con los términos de la Carta Magna.
"La UE está preocupada por las protestas en curso y su posible escalada en Bagdad. Instamos a todas las partes a que ejerzan moderación para evitar más violencia", ha hecho saber Bruselas en un comunicado.
Un total de 125 personas, entre ellas 25 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes, resultaron heridas el sábado, día en que los partidarios de Al Sadr tomaron el Parlamento por segunda vez esta semana y paralizaron la capital iraquí, Bagdad, en protesta por la candidatura del político chií proiraní Mohamed al Sudani, rival del religioso, al cargo de primer ministro.
Ante este escenario, la UE "invita a las fuerzas políticas a resolver los problemas a través de un diálogo político constructivo dentro del marco constitucional", añade la nota, que termina recordando el "derecho a la protesta pacífica" aunque siempre desde el "respeto a las leyes y las instituciones estatales".
El clérigo, cuya coalición Sayirún ganó las legislativas del año pasado, lleva meses denunciando la incapacidad del resto de las fuerzas políticas para formar un nuevo gobierno, y ha asegurado que el grupo proiraní al que pertenece el candidato Al Sudani, Marco de Coordinación, gran derrotado en los comicios, no debería tener presencia en el nuevo Ejecutivo.
No obstante, y tras la dimisión en junio del bloque parlamentario saderita por el atasco de las negociaciones, el grupo proiraní decidió dar un paso delante y presentar como candidato al ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.
Irak ya atraviesa su periodo más largo de negociaciones de Gobierno desde las primeras elecciones celebradas en 2005 bajo los auspicios de Estados Unidos, una situación que ha llevado tanto a la población como a la clase política del país a un estado de frustración permanente e impedido al el segundo mayor productor de petróleo de la OPEP que extraiga los beneficios correspondientes del aumento de los precios del crudo.