BRUSELAS, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea ha llamado este lunes al "cese inmediato de las hostilidades" en República Democrática del Congo tras el "recrudecimiento" de la violencia en el este del país, como consecuencia de los avances del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23).
"La Unión Europea se solidariza con los miles de civiles golpeados duramente de nuevo por la violencia", ha lamentado una portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), en un comunicado con el que el bloque se alinea con los recientes mensajes de preocupación y defensa del alto el fuego de la Unión Africana y de Naciones Unidas.
La portavoz ha expresado así la necesidad de que se produzca un "cese inmediato de las hostilidades", al tiempo que ha pedido en nombre de la UE la retirada del M23 de las zonas ocupadas y "el desarme de todos los grupos armados".
"La puesta en marcha efectiva de los compromisos políticos asumidos en el marco de los procesos de Luanda y Nairobi es la única vía posible", continúa el comunicado difundido por el servicio que dirige el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Jose Borrell.
Finalmente, la Unión también reitera su oferta expresada el pasado verano de "acompañar los esfuerzos" para avanzar hacia una solución.
El M23, formado principalmente por tutsis, retomó las armas en 2021 y ha logrado en los últimos días tomar las localidades Kiwanja y Rutshuru, ubicadas junto a la carretera principal que da servicio a Goma, la capital de la provincia de Kivu del Norte, situada al este del país y que hace frontera con Ruanda. Expertos de Naciones Unidas acusaron a Uganda y Ruanda de apoyar a los rebeldes, aunque ambos países negaron hacerlo.
El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en Kivu Norte, a pesar de las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012 con el Ejército, que contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
Las relaciones entre RDC y Ruanda han atravesado momentos de crisis desde la llegada masiva al este de RDC de hutus ruandeses acusados de haber masacrado a los tutsis durante el genocidio de Ruanda de 1994. Tras cierta etapa de relajación diplomática, el conflicto volvió a ganar intensidad en mayo, cuando el Gobierno congoleño convocó al embajador ruandés para denunciar el presunto apoyo del país al M23.