BRUSELAS, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, ha instado a las facciones libias a implicarse "constructivamente" con el nuevo enviado especial de la ONU para Libia, el diplomático alemán Martin Kobler, a fin de "restablecer la paz y la estabilidad" a Libia.
"La crisis ha traído ya mucho sufrimiento al pueblo libio y plantea una amenaza creciente para todos sus vecinos y la región", ha advertido la jefa de la diplomacia europea en un comunicado.
Mogherini ha instado a "todas las partes libias a implicarse constructivamente con la ONU para restablecer la paz y la estabilidad en su país y que el pueblo libio se merece" y ha confiado en trabajar "estrechamente" con su nuevo enviado especial "para alcanzar una solución a la crisis en Libia, consolidando el progreso ya logrado el año pasado", insistiendo en que la UE comparte su objetivo de "trabajar juntos para la paz, la seguridad y la prosperidad" del país africano.
La jefa de la diplomacia europea ha subrayado la "gran experiencia" y se ha mostrado confiada en que "el pueblo libio y la comunidad internacional se beneficiarán de esta experiencia, capacidad y profesionalismo y apoyarán su trabajo con determinación".
La Unión Europea ha identificado ya a varios individuos radicales de Trípoli y Tobruk que podrían ser objeto de sanciones si obstaculizan los esfuerzos para llegar a un acuerdo para establecer un Gobierno de unidad nacional en Libia, que está sumida en un caos desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011 por los enfrentamientos entre facciones y cuya crisis se ha visto agravada por el auge del Estado Islámico, aunque ha aplazado la decisión sobre sanciones a la espera de dar una oportunidad a las negociaciones.
La UE ya ha avanzado que ofrecerá un paquete de ayuda inmediato de 100 millones de euros al nuevo Gobierno de unidad nacional libio en cuanto se forme y estudia opciones para contribuir la seguridad y estabilización sobre el terreno.
Entre otras medidas, se contempla el envío de asesores militares para contribuir a la protección de los edificios gubernamentales y las infraestructuras críticas, incluidas las petroleras, así como la reactivación de la misión de asistencia fronteriza, paralizada en Túnez y el apoyo a la lucha contra la inmigración irregular también a través de su operación naval en el Mediterráneo contra los traficantes.
Los Veintiocho descartan a priori contribuir a tareas de supervisión del alto el fuego o labores de desarme de las milicias, según han confirmado a Europa Press fuentes diplomáticas, que han explicado que una eventual misión de entrenamiento se limitaría a las fuerzas policiales porque para entrenar al Ejército se necesitaría garantizar la integración de las milicias en las fuerzas armadas. Ambas facciones libias rechazan el despliegue de fuerzas militares extranjeras, según han confirmado fuentes diplomáticas.