BRUSELAS, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -
El negociador de la Unión Europea para el Brexit, el excomisario francés Michel Barnier, ha aclarado este lunes que ve en el proceso de divorcio una ocasión para "explicar" las consecuencias de abandonar el Mercado Único, pero que no aspira a "dar lecciones" a los británicos.
Barnier ha salido al paso de las críticas en Reino Unido después de que medios británicos publicaran que el pasado fin de semana definió las negociaciones como un "proceso educativo", necesario para que la parte británica sea consciente de lo que supone dejar de ser parte del mercado interior europeo.
"Dije: Brexit es una ocasión para explicar las ventajas del Mercado Único en todos los países, incluido el mío. No queremos 'educar' ni 'dar lecciones'", ha zanjado el negociador europeo en una breve declaración difundida a través de Twitter.
El contenido completo de su intervención, pronunciada en un foro en Italia, no ha trascendido públicamente porque se trató de un "intercambio no público", según ha explicado este lunes un portavoz comunitario, que ha eludido aclarar cuáles fueron las palabras exactas de Barnier.
Barnier tampoco se ha referido a la polémica en su única comparecencia ante los medios este mismo lunes; una declaración sin espacio para preguntas de los periodistas acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores y Comercio de Irlanda, Simon Coveney.
Junto a Coveney, Barnier ha recordado que la ronda de negociación entre Bruselas y Londres de la semana pasada ha dejado en evidencia que queda "mucho trabajo sustancial por hacer".
IRLANDA, UNA PRIORIDAD
La situación en el Úlster cuando se consume el Brexit es un interés clave y "preocupación" para la Unión Europea, como lo es para Irlanda, según ha recalcado Barnier tras su reunión con el ministro Coveney, por lo que habrá contactos "constantes" con Dublín durante las negociaciones.
La 'hoja de ruta' de la negociación cuenta con un diálogo específico sobre la frontera irlandesa, con el objetivo declarado por ambas partes de preservar los Acuerdos de paz de Viernes Santo y la llamada Zona de Viaje Común, que permite el paso sin apenas controles en la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte.
La reintroducción de los controles en frontera con un país tercero por el divorcio británico hace temer a las partes que el paso "invisible" en la frontera del Úlster se convierta en una 'frontera dura' que dañe tanto el proceso de paz como la libre circulación en la zona.
En este sentido, Coveney ha recalcado que su país es especialmente vulnerable a las consecuencias de la salida de Reino Unido y ha avisado de que puede tener un "impacto extraordinariamente negativo" para Irlanda.
El futuro de Irlanda es una de las prioridades marcadas por la Unión Europea en las que quiere cerrar avances significativos antes de contemplar la apertura de una segunda fase de las negociaciones, en la que abordar las relaciones comerciales tras el Brexit.