BRUSELAS, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los Veintisiete han acordado este lunes sacar a Estados Unidos y a Israel de la lista de destinos considerados seguros en el contexto del control del coronavirus, lo que en la práctica supone que no se permiten los viajes "no esenciales" de turistas procedentes del país norteamericano.
Los gobiernos de la UE han aprobado una nueva actualización de dicha lista, de la que también salen Kosovo, Líbano, Macedonia del Norte y Montenegro y en la que sigue sin entrar Reino Unido, según ha informado el Consejo de la UE en un comunicado.
Con esta nueva revisión, la lista de países de fuera de la UE para los que se recomienda permitir los viajes "no esenciales" está compuesta por Albania, Armenia, Australia, Azerbaiyán, Bosnia y Herzegovina, Brunéi, Canadá, Japón, Jordania, Nueva Zelanda, Qatar, Moldavia, Arabia Saudí, Serbia, Singapur, Corea del Sur y Ucrania.
China forma parte de esta lista desde que se fijaron los criterios en julio del pasado año, pero la reapertura está condicionada al principio de reciprocidad que no se está dando, por lo que no tiene efecto en la práctica. Tampoco hay restricciones para Hong Kong, Macao, Taiwán ni Kosovo.
Además, los residentes de Andorra, Mónaco, San Marino y el Vaticano deberán ser considerados como residentes de la Unión Europea en lo que se refiere al paso fronterizo.
Se trata en todo caso de una recomendación que los Estados miembro convienen seguir para evitar el caos de los primeros meses de pandemia por la descoordinación entre países, pero no es de obligado cumplimiento ya que las competencias en materia de fronteras son exclusivas de las autoridades nacionales.
La UE también ha abierto su frontera a turistas que estén plenamente vacunados con alguno de los sueros autorizados por la UE o por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero además cuentan con esta lista de países a los que permite viajar a personas no inmunizadas siempre que presenten una prueba PCR negativa.
La decisión de qué países tienen carta blanca para entrar se basa en el número de infecciones por cada 100.000 habitantes durante los últimos catorce días, en la tendencia de nuevos casos durante el mismo periodo en los catorce días anteriores y la capacidad de esos países para trazar, contener y tratar posibles nuevos brotes.