Los líderes de la UE ofrecen "inicialmente" 3.000 millones de ayuda a los refugiados pero no aclaran calendario
BRUSELAS, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, y el presidente del Consejo, el polaco Donald Tusk, han coincido en calificar de momento "histórico" la cumbre que les reúne este domingo en Bruselas, porque "reactiva" las relaciones bilaterales y el proceso de adhesión de Turquía al club comunitario, a cambio de que este país contenga el flujo migratorio y asuma un esfuerzo mayor en seguridad y lucha contra el terrorismo.
"Si no hay solidaridad entre nosotros, no puede haber una solución a ninguna crisis", ha avisado Davutoglu en su intervención inicial ante los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea.
El primer ministro turco ha recalcado que su país "es una nación europea" y que "quiere ser miembro de la familia" comunitaria, por lo que está dispuesto a jugar un papel "participativo" y hacer "todo lo posible" para contribuir a atajar la crisis de refugiados y cualquier otro asunto que afecte al continente.
Así, se ha referido a una "solidaridad 'de facto'" en cuestiones clave como la lucha contra el terrorismo, que espera que se concrete y cree una "nueva era" en el proceso europeo con Turquía como parte.
Tusk también ha apostado por "ser más ambiciosos en el proceso" de adhesión y ha considerado que si se valida el acuerdo para impulsar la colaboración, este domingo pasará a la historia como una "fecha crucial en las relaciones entre Turquía y la Unión Europea".
Ese nuevo impulso en las relaciones mutuas que anuncian las dos partes se traducirá en la celebración de dos cumbres anuales, según la declaración que está previsto que aprueben los líderes de la UE y Davutoglu.
El texto no aclara si serán citas con el formato tradicional de la cumbres de la UE con terceros países, esto es, con la Comisión Europea, el Consejo y el país invitado, o bien al más alto nivel con la asistencia de los 28 jefes de Estado y de Gobierno, matizan fuentes europeas.
Se espera además que la declaración confirme el objetivo de reabrir a mediados de diciembre el capítulo 17 de las negociaciones de adhesión, pero se ha "caído" del texto, por presiones de Chipre, el compromiso de iniciar en el primer trimestre de 2016 los trabajos para la apertura "cuando sea posible", de otros capítulos más sensibles como los que se refieren a justicia y derechos fundamentales.
En cuanto a la eliminación de la exigencias de visados a los ciudadanos turcos que quieran entrar en la UE, el texto apunta el compromiso de acelerar el proceso, condicionado también a que Turquía cumpla con todos las exigencias, incluida la aplicación desde junio de 2016 del acuerdo de readmisión de inmigrantes. Ello permitiría poner fin a la política de visados en octubre de 2016, según la declaración.
A cambio, los líderes de la Unión Europea prometen una ayuda para atender a los refugiados en Siria que será "inicialmente" de 3.000 millones de euros, la forma en que se repartirá el peso de las contribuciones entre los Estados miembros y el calendario para los desembolsos, sin embargo, no queda fijado porque los líderes consideran que es un asunto interno que se debe discutir a 28.
De este modo se evita aclarar si la ayuda será en un año, tal y como quería Turquía, o se dividirá en al menos dos años, como propone la Comisión Europea.
En cualquier caso, el fondo de ayuda estará en marcha a partir de enero de 2016 con los primeros 500 millones de euros que aporta el Ejecutivo comunitario y los líderes de la UE han dejado claro a Ankara que hace falta "más avances" en la colaboración para que se cumplan los pagos.
Finalmente, los líderes de la UE y de Turquía reiteran que la lucha contra el terrorismo es una "prioridad" para ambas partes, por lo que la colaboración en material de seguridad también se verá reforzada con el impulse de las relaciones.