MADRID 3 Nov. (EUROPA PRESS) -
Cinco antiguas niñas soldados de Uganda acudieron hoy a Naciones Unidas para llamar la atención sobre la grave situación de los aproximadamente 250,000 niños y niñas que actualmente están siendo usados como soldados en el mundo.
Jennifer Achora, de 22 años, Milly Auma, de 29, Nighty Acheng, de 28, Sarah Ayero, de 28, y Maurine Akello, de 18 fueron secuestrados por el Ejército de Resistencia Ejército de Liberación del Señor (LRA en sus siglas en inglés) de Uganda. Ahora lideran la ONG Empowering Hands, en Gulu, Uganda y trabajan para la integración en sus comunidades de los niños soldados que escaparon o fueron liberados. Hasta ahora han conseguido ayudar a más de 1.000 niños.
"Estuve en el Ejército de Liberación del Señor y sufrí mucho ahí", comentó Akello en una reunión con la consejera especial del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, para los Asuntos de Género y el Avance de la Mujer, Rachel Mayanja. "Entonces volví a casa y, por fortuna, vino Empowering Hands. Recibí mucho del grupo, consuelo y amigos con los que compartir mis experiencias", añadió.
Empowering Hands está haciendo un trabajo sumamente importante sobre el terreno, dijo Akello, pero carece de la capacidad para enfrentarse al tamaño del problema. La ex soldado pidió ayuda a Naciones Unidas para que apoyen a la ONG a ampliar sus programas para proporcionar educación y financiación. "Empowering Hands nos ha dado un montón de esperanza y esperamos que otros ganen en sus vidas", agregó.
Por su parte, Achora comentó que Empowering Hands es única. "Somos mujeres muy jóvenes, pero el trabajo que hacemos es enorme", dijo. "Otras organizaciones lo han intentado, pero han fallado. Uno necesita la experiencia correcta, conocer los sentimientos de las personas que han pasado por ello para hablar", advirtió la ugandesa.
Las niñas muchas veces vuelven a sus casas y descubren que sus padres se han ido, por lo que deben ocuparse además de sus hermanos. "Entonces eres un modelo para otras chicas de Uganda y para las niñas de todo el mundo", contó Mayanja. "Lo que has vivido va a estar contigo el resto de tu vida, pero has conseguido cambiar tus experiencias a algo positivo para otros. La violencia contra la mujer es un problema mundial, no sólo en Uganda, y nosotras tenemos que unir nuestras fuerzas para luchar contra ello", continuó.
"Debemos escuchar a las niñas, no darles órdenes", añadió Mayanja. "deberíamos escuchar sobre que hacer con la violencia, para que puedan tener paz", indicó. Cerca de un tercio de los niños soldados en Uganda son niñas y las mujeres de las zonas en conflicto se enfrentan muchas veces a la tortura y la violación.
Empowering Hands ayuda a mujeres entre 20 y 25 años que normalmente han estado en los montes unos seis años. Muchas son secuestradas cuando están en la escuela y regresan a sus comunidades con sus propios hijos. El 8 de noviembre se reunirán con la representante especial del secretario general para los Niños y los Conflictos Armados, Radhika Coomaraswamy.