NAIROBI, 25 Ene. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
La cifra de refugiados que llegaron diariamente en 2016 a Uganda es superior al número de llegadas registradas de forma anual en algunos de los países más ricos de la Unión Europea, según ha denunciado el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés), que ha señalado como "mito" la idea de que los países del Mediterráneo se encuentran injustamente desbordados.
Al menos 490.000 personas se trasladaron a Uganda desde Sudán del Sur durante el año pasado, un 25 por ciento más de los que cruzaron el mar Mediterráneo para llegar a Europa en 2016, según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
"Europa debería aprender cómo Uganda y otros países africanos han mantenido las fronteras abiertas en vez de especializarse en alambradas y muros", ha manifestado el secretario general del NCR, Jan Egeland.
Varios grupos de defensa de los Derechos Humanos han alertado de que lo establecido en la Convención para los Refugiados de 1951 está siendo socavado por los países más desarrollados de Europa, cuyas autoridades buscan detener el flujo de inmigrantes mediante el uso de gas lacrimógeno y vallas.
El tratado define el término "refugiado" y señala los derechos de los desplazados, así como las obligaciones legales de los países a la hora de protegerlos. Cerca de 1,3 millones de refugiados e inmigrantes, llegaron en 2015 a Europa principalmente desde países de Asia y Oriente Próximo.
"Los políticos populistas están fomentando el miedo y creando una imagen distorsionada de que todos los inmigrantes quieren llegar a Europa y América del Norte", ha manifestado Egeland, que ha aseverado que "esto no podría estar más alejado de la realidad".
Los países con bajos recursos económicos acogen a 9 de cada 10 personas desplazadas en el mundo, de los cuales la mayoría buscan lugares cercanos a sus países de origen con la esperanza de volver a casa en algún momento, según ha señalado Egeland.
El NRC ha felicitado a Uganda por los esfuerzos realizados para ofrecer oportunidades a los refugiados en vez de "bloquearlos y condenarlos a una situación de dependencia de las ayudas humanitarias y de incertidumbre".
Las autoridades de Uganda han ofrecido a los refugiados terrenos para la agricultura, el derecho al trabajo, la libertad de movimiento y el acceso a los mismos servicios que el resto de los ciudadanos.