MADRID 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
Alrededor de dos millones de personas en la ciudad siria Alepo se han quedado sin acceso al sistema público de agua corriente, a raíz del aumento de los combates, que han dañado la red eléctrica, esencial para suministrar agua a toda la ciudad, según ha denunciado el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
La agencia de la ONU ha informado en un comunicado de que el pasado 31 de julio, una serie de ataques y bombardeos en Alepo acabaron afectando a la estación de transmisión eléctrica, encargada de alimentar al sistema de suministro de agua de la ciudad.
A pesar de que las autoridades lograron restaurar el funcionamiento del sistema de aguas urbano el pasado 4 de agosto, una nueva oleada de ataques acabó dañando de nuevo la infraestructura. Como resultado, la ciudad más grande de Siria, que se encuentran en medio de un asedio por parte de las fuerzas del Gobierno de Bashar al Assad, se ha quedado sin agua corriente durante los próximos cuatro días.
"Los niños y las familias en Alepo están enfrentando una situación catastrófica. Estos cortes están llegando en medio de una ola de calor, poniendo a los niños en grave riesgo de enfermedades que se transmiten a través del agua", ha dicho Hanna Singer, representante de UNICEF en Siria. "El restablecimiento de la red de agua no puede esperar al cese de los ataques. Las vidas de los niños están en serio peligro", ha añadido.
A pesar de los esfuerzos que están llevando a cabo las organizaciones humanitarias para asistir a los más de dos millones de personas que aún se encuentran en la ciudad, UNICEF urge a las autoridades sirias a que reparen el sistema de aguas con el fin de evitar una crisis humanitaria aún más grave de la que ya viven los civiles en Alepo.
Con ayuda del Comité Internacional de Cruz Roja (CIRC), UNICEF está proporcionando agua potable diaria a unas 325.000 personas localizadas en la parte occidental de la ciudad, una de las más afectadas por el conflicto.
Sin embargo, la agencia de Naciones Unidas ha advertido de que la falta de agua potable y las dificultades que están teniendo las ONG para asistir a toda la población están provocando que más de 300.000 personas en la zona oriental --de las cuales se estima que alrededor de un tercio son niños-- acudan a pozos de agua potencialmente contaminados con materia fecal.
"Instamos a las partes en conflicto a permitir inmediatamente el acceso seguro de los técnicos para que puedan realizar reparaciones críticas de los sistemas eléctricos y de agua" ha pedido Singer a las autoridades sirias. "Es la única manera de que las personas de toda la ciudad tengan acceso a agua segura y potable", ha concluido en el comunicado.
Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), entre 250.000 y 275.000 personas permanecen atrapadas en el este de Alepo desde julio tras el cierre de la carretera de Castello, la última vía para acceder a esta zona, controlada por los rebeldes.
Desde el 6 de agosto, la carretera de Janaser, la principal ruta para llegar a la zona occidental de Alepo también está cerrada, lo que eleva a más de dos millones los civiles que permanecen sitiados 'de facto' en esta gran ciudad.