MADRID, 29 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha advertido de los "crecientes riesgos" que enfrentan 370.000 niños desplazados internos en República Centroafricana, el nivel más alto desde 2014.
Al menos 168.000 niños se vieron obligados a huir de sus hogares a raíz de la violencia y la inseguridad generalizadas en el período previo a las elecciones generales de diciembre de 2020 y durante sus secuelas, según un comunicado de la ONU.
Cerca de 70.000 de ellos no han podido regresar, lo que ha elevado el total a 370.000 niños desplazados internos en todo el país, de acuerdo a las últimas estimaciones de UNICEF.
"Los niños desplazados corren el riesgo de estar expuestos a la violencia física y sexual, el reclutamiento en las fuerzas y grupos armados, el aumento de las tasas de desnutrición y el acceso limitado a los servicios esenciales", ha lamentado Naciones Unidas al respecto.
En este contexto, ha ahondado en que el reclutamiento por parte de grupos armados sigue siendo "la violación grave más frecuente de los derechos del niño en República Centroafricana", ya que representa 584 de un total de 792 casos de violaciones graves confirmadas documentadas en 2020.
El representante de UNICEF en el país, Fran Equiza, ha denunciado que solo en los últimos tres meses de 2020, la ONU verificó violaciones más graves que en todo el primer semestre del mismo año, con 415 incidentes que afectaron a 353 niños en comparación con 384 incidentes que involucraron a 284 niños en el ejercicio anterior.
"En junio de 2020, el Gobierno de la República Centroafricana adoptó un código nacional de protección infantil que, por primera vez, prohíbe explícitamente el reclutamiento y la utilización de niños por grupos y fuerzas armadas, y establece claramente que los niños anteriormente asociados con grupos armados no deben ser tratados como adultos", ha recordado Equiza.
No obstante, UNICEF ha lamentado que ha recibido informes no verificados que indican que el reclutamiento y uso de niños ha continuado durante los primeros cuatro meses de 2021.
Si bien República Centroafricana registra un número relativamente bajo de casos de COVID-19, la epidemia ha tenido un impacto severo, incluida una disminución significativa de las tasas generales de inmunización y el cierre y la interrupción de los servicios para los niños desplazados por la fuerza y las víctimas de la violencia, según ha señalado la ONU en el comunicado.
La reciente escalada de violencia ha obligado a cerrar, ocupar o dañar escuelas en 11 de las 16 prefecturas del país. "Una de cada cuatro escuelas no funciona debido a los enfrentamientos y la mitad de los niños del país no van a la escuela debido al conflicto", ha lamentado Equiza.
Además, al menos 24.000 niños menores de cinco años, en 14 de los 35 distritos sanitarios del país, corren el riesgo de sufrir desnutrición aguda grave tras el aumento de la violencia.
Según la organización, de estos 14 distritos, seis actualmente no tienen recursos o capacidad para responder a las necesidades urgentes de los niños, mientras este año, se espera que al menos 62.000 niños menores de cinco años padezcan desnutrición aguda grave, un aumento del 25 por ciento desde 2020.
Por otro lado, el acceso humanitario sigue siendo una gran preocupación, con 115 incidentes contra trabajadores humanitarios en enero y febrero de 2021, frente a 46 en el mismo período de 2020.
"República Centroafricana sigue siendo uno de los países más peligrosos para los trabajadores humanitarios", ha subrayado Equiza al respecto.
Frente a la situación en el país, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha hecho un llamamiento para recaudar 164 millones de dólares (cerca de 135 millones de euros) en fondos para entregar ayuda a cerca de 1,5 millones de desplazados.
Asimismo, la ONU busca recaudar 8,2 millones de dólares (unos 6,7 millones de euros) para ampliar sus actividades de apoyo a los niños y mujeres afectados por violencia, explotación y abuso.