MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha denunciado un aumento del 640 por ciento de la tasa de homicidios de menores de edad en Ecuador en los últimos cuatro años, llegando a registrar 770 muertes en 2023 frente a las 104 de 2019, según estimaciones del Ministerio del Interior ecuatoriano.
"En los últimos meses, las muertes de niños, niñas y adolescentes se han disparado debido al dramático aumento de la delincuencia en varias partes de Ecuador. El reclutamiento forzoso de adolescentes por parte de grupos armados también está aumentando, y los centros de salud y las escuelas están siendo asediados", ha asegurado el director regional de UNICEF para Latinoamérica y el Caribe, Garry Conille.
En este sentido, se ha quejado de que la interrupción "a gran escala" de los servicios básicos en zonas controladas por estos grupos armados "no sólo está poniendo a más niños en riesgo de ser reclutados, sino que también está cortando el acceso a la salud, la educación y la protección de cientos de miles de personas".
Este deterioro de la situación ha llevado al cierre temporal de escuelas por todo el país, privando de centros educativos adecuados a más de 4,3 millones de niños y niñas, según datos compartidos por el organismo.
Es por ello por lo que UNICEF ha instado a las partes en conflicto (las bandas criminales y el Estado) a "garantizar que los niños, niñas y adolescentes de Ecuador estén protegidos en todo momento de la violencia armada y recuperen el acceso a servicios sociales básicos como la salud, la protección y la educación".
Además, ha mostrado su preocupación por el aumento de amenazas, extorsión y asesinatos practicados contra personal médico, profesores y directores de colegios.
"UNICEF está listo para apoyar a las autoridades para la reapertura de las escuelas tan pronto como las condiciones mejoren, y sigue comprometido a apoyar al Gobierno ecuatoriano, a las comunidades y a las familias", ha expresado Conille.
La espiral de violencia, que se ha traducido en niveles de homicidios sin precedentes históricos, llevó al presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, a declarar bajo decreto que el país vive un "conflicto armado interno". Esta declaración evidenció hasta qué punto los grupos criminales han extendido su poder y su presencia, palpable tanto en el sistema penitenciario como en las calles de algunas ciudades.
Ecuador es un país clave en la ruta del narcotráfico en Estados Unidos y en los últimos años los grupos locales han estrechado lazos con cárteles de países como México y Colombia, sin que las fuerzas de seguridad ecuatorianas hayan logrado encontrar la fórmula de contener su constante expansión.