Niños en República Democrática del Congo
REUTERS
Actualizado: sábado, 3 junio 2017 4:16


MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha denunciado este viernes que más de 9.000 niños congoleños que se han visto obligados a desplazarse desde República Democrática del Congo (RDC) a Angola debido a la violencia necesitan ayuda humanitaria de forma inmediata.

"La protección y alimentación de estos menores, así como el acceso a agua potable y saneamiento, supone uno de las principales prioridades de UNICEF en la zona", ha indicado el representante de la agencia de la ONU en Angola, Abubacar Sultan.

"La prevención de enfermedades también forma parte de los objetivos de UNICEF en la provincia de Lunda Norte, en Angola", ha aseverado.

Las autoridades provinciales, con ayuda de UNICEF y otras agencias y organizaciones humanitarias, han ofrecido asistencia a los niños y familiares que llegan a los campos de refugiados de la localidad de Dundo.

Según ha indicado la ONU en un comunicado, más de 25.000 personas se han trasladado hasta Angola huyendo del aumento de la violencia en la provincia congoleña de Kasai, donde las milicias Mai Mai se han hecho este jueves con el control de la ciudad de Bendera, en el estado de Tanganyika (sureste).

La Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en RDC (MONUSCO) ha afirmado que los militares se han retirado de la zona tras los enfrentamientos con las milicias, que se han saldado con cuatro soldados heridos.

UNICEF ha puesto en marcha, además, una serie de medidas para proteger a unos 200 niños sin acompañante. Según la agencia, el registro de estos menores es fundamental para garantizar su protección y seguridad y evitar que sean víctimas del tráfico de personas, los abusos y la explotación.

Por otra parte, las autoridades congoleñas han anunciado este viernes que no se han registrado nuevos casos de ébola en el país durante los últimos 21 días -- el plazo máximo de incubación del virus --, lo que supone que la epidemia se encuentra "bajo control". A continuación, el Gobierno comenzará un periodo de "supervisión intensificada" para asegurarse de ello.

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