MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha denunciado este domingo la muerte, la semana pasada, de ocho niños en Afganistán por la explosión de munición abandonada en Afganistán y dado la voz de alarma sobre una crisis que el año pasado dejó unos 700 niños muertos o mutilados en el país centroasiático.
"Los niños perdieron sus vidas cuando estaban jugando con esta munición o mientras estaban recogiendo chatarra", ha lamentado la agencia de Naciones Unidas en un comunicado publicado en su cuenta de Twitter. "UNICEF ofrece sus condolencias de todo corazón a las familias y amigos de los niños", añade.
La agencia recuerda que al menos dos niños murieron o resultaron heridos de media al día en 2022 en el país por la munición que ha quedado sin estallar tras décadas de guerra, bien cohetes o minas antipersona.
"UNICEF está aumentando los esfuerzos de educación sobre el riesgo de las minas para educar a los niños, los cuidadores y las comunidades. También estamos brindando apoyo psicosocial a las familias/niños afectados", añade el fondo, que pide un "esfuerzo común para completar las tareas de desminado, la educación sobre el riesgo de las minas y la asistencia a las víctimas para los afectados".