MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha llamado la atención sobre la precaria situación de los niños atrapados por los combates entre las fuerzas filipinas y los milicianos islamistas del Grupo Maute en la ciudad de Marawi, por el impacto en su salud física y psicológica y en su educación.
La batalla por Marawi, que comenzó el pasado 23 de mayo, ha dejado cerca de 400.000 desplazados internos y unos 500 muertos, entre soldados, milicianos y civiles, de acuerdo con el último balance. Sin embargo, muchos civiles siguen todavía en la localidad filipina.
"El conflicto ha provocado una alteración sin precedentes en la educación de los niños de Marawi y las localidades cercanas", ha dicho UNICEF en un informe reciente. Las clases tuvieron que suspenderse en 153 colegios de la ciudad y en otros tres de los municipios vecinos, dejando a unos 86.000 niños sin acceso a la educación.
Desde entonces, gracias a la campaña gubernamental 'Vuelta al colegio', unos 63.000 niños han regresado a las aulas, pero 22.700 siguen fuera de ellas. El espacio disponible no es suficiente para acogerles y no hay suficientes profesores capacitados para atenderles, ha indicado UNICEF.
Además, los enfrentamientos "han tenido un impacto psicosocial negativo en los niños", que temen ser reclutados como combatientes o ser alcanzados por el fuego cruzado. "Esto requiere un aumento urgente de las acciones para mitigar las secuelas a largo plazo" de la guerra, ha reclamado UNICEF.
La ONU también ha alertado de que los niños de Marawi corren el riesgo de caer en la desnutrición, debido a las dificultades de las familias para proporcionarles una alimentación adecuada en medio del conflicto. "Los controles y el asesoramiento a las madres con niños pequeños son una prioridad", ha sostenido la agencia de Naciones Unidas.