"La crisis yemení requiere una respuesta sin precedentes" y una solución política pacífica, han defendido
MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
Yemen vive el "peor brote de cólera del mundo en la mayor crisis humanitaria mundial" por lo que es necesario redoblar los esfuerzos para detener la "catástrofe" que está viviendo el país, sumido en un conflicto desde hace más de dos años.
Ese ha sido el llamamiento que han hecho los máximos responsables del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Anthony Lake, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, y la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, al término de su visita a Yemen para conocer de primera mano "la escala de esta crisis humanitaria e incrementar nuestros esfuerzos combinados para ayudar a los yemeníes".
En una declaración conjunta, han resaltado que el brote de cólera que comenzó a finales de abril ha dejado hasta la fecha "400.000 casos sospechosos y casi 1.900 muertes" y que el país "se encuentra al borde de la hambruna, con el 60 por ciento de la población" en situación de inseguridad alimentaria.
En este sentido, han precisado que hay casi dos millones de niños gravemente desnutridos y se espera que este año se llegue a los 385.000 menores con desnutrición aguda severa. "La desnutrición les hace más susceptibles al cólera y las enfermedades crean más desnutrición" lo que produce una "combinación viciosa", han resaltado los titulares de UNICEF, OMS y PMA, subrayando que el 80 por ciento de los niños del país requieren asistencia humanitaria.
Además, la destrucción de "instalaciones sanitarias, de agua y saneamiento vitales" como consecuencia del conflicto han creado "las condiciones ideales para la propagación de enfermedades", a lo que se suma el hecho de que "más de 30.000 trabajadores sanitarios no han cobrado sus salarios en más de 10 meses, pero muchos siguen acudiendo a sus puestos".
"Hemos pedido a las autoridades yemeníes que paguen urgentemente a estos trabajadores sanitarios ya que, sin ellos, tememos que la gente que de otro modo podría sobrevivir muera", han precisado, asegurando que desde sus agencias harán todo lo posible para apoyarles "con incentivos y estipendios".
Asimismo, han resaltado la labor de los 16.000 voluntarios comunitarios que "van casa por casa dando a las familias información sobre cómo protegerse de la diarrea y el cólera" y de las autoridades y ONG locales, apoyadas por las agencias humanitarias internacionales.
"En un hospital, visitamos a niños que apenas podrían reunir la fuerza para respirar y hablamos con familias superadas por el dolor por sus seres queridos enfermos y que luchaban para alimentar a sus familias", han relatado.
AÚN "HAY ESPERANZA"
Pese a todo, han subrayado los tres responsables de la ONU, "hay esperanza" puesto que "más del 99 por ciento de las personas enfermas presuntamente de cólera y que pueden acceder a atención sanitaria sobreviven ahora".
No obstante, han dejado claro que la "situación sigue siendo grave y miles de personas enferman cada día". Por ello, han insistido en que hacen falta "esfuerzos sostenidos para frenar la propagación de la enfermedad".
Según han explicado, en sus encuentros con los líderes yemeníes en Adén, donde tiene su sede el Gobierno reconocido internacionalmente, y en Saná, la capital del país controlada por los rebeldes huthis, les han pedido que "den a los trabajadores humanitarios acceso a las áreas afectadas por los enfrentamientos" y les han urgido a "encontrar una solución política pacífica al conflicto".
"La crisis yemení requiere una respuesta sin precedentes" por lo que, han explicado, las tres agencias de la ONU "han hecho equipo con las autoridades yemeníes y otros socios para coordinar" sus actividades "en nuevos modos de trabajo para salvar vidas y prepararse para futuras emergencias".
"Llamamos a la comunidad internacional a redoblar su apoyo al pueblo de Yemen. Si no lo hacemos, la catástrofe que hemos visto desarrollarse ante nuestros ojos no solo seguirá cobrándose vidas sino que marcará a futuras generaciones y al país durante los años venideros", han reclamado los máximos responsables de UNICEF, PMA y OMS.