MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
"El noreste de Nigeria no es una crisis olvidada, es una crisis de la que la gente no sabe nada y no está en el radar", ha lamentado la jefa de comunicación del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Doune Porte, en una entrevista con Europa Press.
Foto: UNICEF/Esiebo
Sin embargo, quienes viven en los estados de Borno, Adamawa y Yobe, los más afectados por la insurgencia que lanzó en 2009 Boko Haram, se encuentran en "una situación catastrófica, con problemas enormes y necesitan que el mundo se movilice", ha resaltado.
Según las estimaciones de UNICEF para los próximos dos meses, hay unos 400.000 niños en situación de malnutrición aguda severa y "si no llegamos con tratamiento, alrededor de uno de cada cinco de ellos, es decir entre 75.000 y 80.000 podrían morir", ha subrayado Porter, que se ha mostrado convencida de que en las próximas semanas, cuando la agencia de la ONU revise sus previsiones de cara a 2017, "lo hará al alza, lo que quiere decir que el número potencial de muertes aumentará".
"El año que viene la situación alimentaria será aún peor porque la gente tienen menos semillas para plantar durante la temporada de siembra, que es ahora, y el año siguiente tendrán aún menos. A menos que haya un gran cambio la situación seguirá empeorando", ha reconocido Porter.
UNICEF había solicitado 115 millones de dólares para atender esta emergencia, pero hasta la fecha solo ha recibido 41 millones, por lo que a falta de algo más de un mes para que termine el año hay una brecha del 66 por ciento. Sin embargo, ha resaltado Porter, "con los pocos fondos que estamos recibiendo estamos haciendo la diferencia y estamos teniendo un impacto".
Foto: UNICEF/Esiebo
DESNUTRICIÓN
En el caso de los niños con desnutrición, la agencia de la ONU ha conseguido atender a 131.000 con "una tasa de curación del 86 por ciento". "Esto no significa que el 14 por ciento mueran, aunque algunos sí lo hacen, pero otros dejan el programa", ha incidido, resaltando que esto es "una buena noticia".
UNICEF también está trabajando en el plano de la salud y ha conseguido ofrecer servicios sanitarios básicos a más de tres millones de personas. Según ha explicado Porter, las enfermedades transmisibles constituyen "una amenaza" puesto que la población en las zonas afectadas por el conflicto "vive muy junta" y hay problemas de agua y saneamiento.
Los niños padecen principalmente malaria, neumonía o diarreas, aunque desde agosto hay un brote de polio, con cuatro casos confirmados, lo cual constituye una "situación peligrosa" puesto que el conflicto ha provocado que haya "grandes zonas sin inmunizar", según Porter.
Foto: UNICEF/Esiebo
El noreste de Nigeria era una región tradicionalmente pobre antes de que hiciera irrupción Boko Haram, con altas tasas de malnutrición, algo a lo que también contribuían las tradiciones de la población --"a los bebés les dan agua caliente en lugar de la leche materna, pero esto no les aporta ningún nutriente"--, y con escasa infraestructura.
La violencia de Boko Haram no ha hecho sino empeorar esta situación provocando "efectos acumulativos" con el paso de los años para la población, la agricultura, el ganado... La ofensiva lanzada en 2015 por el Gobierno de Nigeria para recuperar terreno ha tenido "éxito" pero ha ocasionado "más inseguridad para los habitantes de la zona", con las consiguientes consecuencias, ha explicado Porter.
Borno es el estado más afectado, con el mayor número de desplazados internos y de población necesitada de asistencia. En Maiduguri, su capital y el "lugar más seguro de la región", había unos 900.000 habitantes antes del conflicto a los que se han sumado estos años otro millón de desplazados, con la carga que esto supone, ha resaltado la responsable de UNICEF.
EDUCACIÓN
Otro de los aspectos que se han visto afectados por el conflicto ha sido la educación. Según los datos de la agencia de la ONU, 600.000 menores han perdido acceso a la educación desde que estalló el conflicto, unos 650 profesores han sido asesinados y otros 1.900 se han visto desplazados, mientras que 1.200 escuelas han resultado dañadas o destruidas desde 2011.
Frente a ello, UNICEF y las ONG con las que trabaja en la zona han conseguido que 173.000 niños vuelvan a la escuela, en algunos casos ha sido su primera vez. Según Porter, es importante que "al mismo tiempo que reciben ayuda alimentaria y agua, los niños también puedan ir a la escuela, aunque no sea una verdadera escuela, ya que supone tener una rutina y normalizar en cierta manera su vida, después del trauma que ha vivido".
Foto: UNICEF/Vittozzi
"Poder ir a clase, aprender, jugar con otros niños... supone una rutina que les ayuda a romper con el círculo vicioso de la violencia puesto que se ha constatado que, si no hacen nada, suelen mostrarse más agresivos, aunque no en todos los casos", ha precisado la responsable de UNICEF.
El apoyo psicosocial también es clave. La agencia de la ONU trabaja dando apoyo a los niños, a los que "Boko Haram ha atacado de las formas más crueles" llegando incluso a usar a algunos --entre ellas niñas-- para cometer atentados suicidas. "No se les puede considerar terroristas porque les han obligado y además muchos ni siquiera sabían lo que iba a pasar", ha incidido.
Asimismo, UNICEF tiene constancia de "cientos" de niños usados como soldados por Boko Haram, aunque no dispone de una cifra exacta, y de miles de niñas que han sido secuestradas y "violadas repetidamente", algunas de las cuales han tenido hijos de los yihadistas y han conseguido escapar.
Estos niños, ha lamentado Porter, se enfrentan con un gran "estigma" cuando vuelven a sus comunidades, ya que sus vecinos les ven con recelo y temor. En el caso de las niñas, hay un rechazo ya que se trata de "una sociedad muy tradicional" y no toleran el que hayan sido víctimas de abusos sexuales. "Esto genera en todos ellos un trauma enorme", ha asegurado, precisando que este es un área para el que UNICEF no dispone de la financiación que desearía.
Foto: UNICEF/Naftalin
"HAY BUENAS NOTICIAS"
En resumen, ha subrayado Porter, "hay muchas malas noticias en torno al noreste de Nigeria pero también hay algunas buenas noticias" como el que se haya podido sacar a niños de la desnutrición o muchos hayan podido volver a la escuela. "Estamos salvando las vidas de niños y estamos haciendo una gran diferencia con los niños a los que podemos llegar", ha subrayado.
Pero para poder seguir haciéndolo, hacen falta fondos, sobre todo para que la agencia pueda prepararse para "llegar lo más rápido posible una vez sea posible el acceso a las zonas actualmente inaccesibles".
Asimismo, ha subrayado que los grandes donantes se han centrado en financiar los programas de desnutrición, algo que está bien, pero los programas de agua y saneamiento, por ejemplo, apenas están recibiendo financiación, y "también salvan vidas". Tampoco están llegando fondos para educación (hay una brecha del 54 por ciento) ni para protección infantil (85 por ciento).