ROMA, 25 Mar. (de la enviada especial de EUROPA PRESS Laura García Martínez) - Los líderes de la Unión Europea han proclamado este sábado en Roma que la Unión es "indivisa e indivisible" y está abierta a los países europeos que respeten los valores que comparten, si bien han confirmado que están determinados a avanzar en el proyecto europeo "a distintos ritmos y distinta intensidad", para evitar que los países menos decididos lastren los progresos del resto. "Actuaremos juntos, a distintos ritmos y con distinta intensidad cuando sea necesario, mientras avanzamos en la misma dirección, como hemos hecho en el pasado, de conformidad con los Tratados y manteniendo la puerta abierta a quienes quieran unirse más adelante. Nuestra unión es indivisa e indivisible", reza la Declaración de Roma que conmemora el 60 aniversario de la fundación de la actual Unión Europea. La Unión Europea ha proclamado así que hoy es un bloque "unido y más fuerte", a sólo cuatro días de que Londres notifique formalmente su intención de abandonar el club comunitario y se active el plazo de dos años para pactar las condiciones del divorcio. La cita de Roma ha servido también para reivindicar una Unión única, con instituciones y valores firmes, con especial referencia en el documento a la paz, la libertad, la democracia, los Derechos Humanos, al Estado de derecho --una mención que el Gobierno interpreta en clave catalana-- y a la dimensión social y bienestar del pilar económico. "Juntos estamos decididos a hacer frente a los retos de un mundo en rápida mutación y a brindar a nuestros ciudadanos tanto seguridad como nuevas oportunidades", han apuntado los líderes en la declaración en la que advierten de que la unidad que defienden es tanto "una necesidad" como una "libre elección". El texto, pactado por las capitales antes del encuentro en Roma, identifica cuatro ejes clave en los que debe avanzar de manera prioritaria la Unión Europea: la seguridad (lo que incluye la política migratoria y la lucha contra el terrorismo), el crecimiento y empleo, el pilar social y contar con mayor peso en la escena internacional. En una rueda de prensa posterior, el presidente Rajoy ha dicho que España se ve "plenamente reflejada" en el documento y ha celebrado especialmente que se recoja una referencia "nítida y clara" al objetivo de culminar la Unión Económica y Monetaria, tal y como quería España. Antes del momento de la rúbrica con la que han renovado el compromiso de hace 60 años en los Tratados de Roma, el presidente del Consejo, Donald Tusk, ha emplazado a los mandatarios a "demostrar que son líderes" de la Unión Europea y asumir claramente la protección del proyecto. "La unión de Europea no es un modelo burocrático, es un conjunto de valores comunes y estándares democráticos. Hoy no basta con apelar a la unidad y protestar contra las distintas velocidades, es mucho más importante que todos respetemos las reglas comunes", ha dicho Tusk. "Creo que no nos sentimos suficientemente orgullosos de lo que hemos logrado en Europa. No somos conscientes de esos logros, aunque otros sí se fijan desde fuera en lo que hacemos", ha lamentado, por su parte, el jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker. También ha instado a los Veintisiete a sentirse "orgullosos" de las metas conseguidas en los 60 años de recorrido europeo. A su llegada al encuentro, el exprimer ministro luxemburgués se ha mostrado convencido de que la Unión Europea podrá celebrar su centenario, aunque ha reconocida su tristeza por que Reino Unido ya no sea parte de la alianza. La primera ministra de Polonia, Beata Szydlo, que en las últimas citas europeas dejó patente su malestar con la Unión Europea, ha dicho esta vez que la cita de Roma es "el inicio del camino de cambios que deben darse en la Unión Europea" y que el siguiente paso será fijar "buenos" proyectos". El primer ministro italiano y anfitrión, Paolo Gentiloni, ha incidido en que el acto de este sábado ha "renovado la confianza" en la UE y ha asentado las bases que han puesto rumbo al futuro. "Unos dirán que es una declaración ambiciosa y otros que la ambición es más bien reducida, pero se trata de un paso adelante que será la base para que los próximos años tengamos un rumbo, una dirección", ha señalado en la rueda de prensa posterior a la firma. Sobre los siguientes pasos que debe dar la Unión Europea, el presidente del Consejo de ministros italiano ha señalado que los vendrán a partir de "compromisos en conformar una Defensa común europea" que sea "más eficiente y fuerte". "El contexto internacional así lo pide", ha acotado. Por su parte, el primer ministro de Malta y presidente de turno de la UE, Joseph Muscat , ha señalado que la declaración que han firmado los líderes es uno de los "grandes pasos adelantes" en la aceptación de que hay una "dimensión social" en Europa con el pleno respeto de las identidades de los Estados Miembros. "Hace muy poco nadie habría apostado porque los líderes de Europa estaban de acuerdo en la protección social (...) esto es el antídoto contra el populismo", ha destacado. Finalmente, el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani ha subrayado que el papel del organismo europeo que preside es que lo que se ha firmado se convierta en algo "de interés para los ciudadanos" y sea en "una prioridad". "No en vano la palabra ciudadanos se repite muchas veces en la declaración hay que instar a las demás instituciones a que apliquen las decisiones tomadas aquí, a los países miembro y a la UE", ha señalado. La ceremonia de la firma de la Declaración ha tenido lugar en la Sala Orazi y Curiazi, una de las salas del Campidoglio, sede del Ayuntamiento de Roma, donde en 1957 fue firmado el Tratado de Roma que dio origen a la actual Unión Europea. Entre las anécdotas de la firma, Juncker ha revelado que ha empleado la misma pluma estilográfica usada en 1957 por la delegación de su país, Luxemburgo, para firmar los Tratados de Roma. También se ha podido ver tras la ceremonia a algunos líderes haciéndose fotos con la declaración y a la canciller alemana, Angela Merkel; al primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel; y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, bromeando con sus firmas.