NEW ORLEANS, Louisiana, 29 Abr. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
Trece años después del 'Katrina', los residentes de los barrios más pobres de Nueva Orleans todavía intentan sobrevivir. La falta de fondos para la reconstrucción, junto con el rápido cambio de propietarios y la gentrificación de esta área predominantemente negra y de bajos ingresos, han dejado cicatrices.
"Había familias aquí, había niños en la calle jugando al fútbol, y había vecinos", lamenta Otis Tucker, nacido y criado en Noveno Distrito de la ciudad, uno de los más afectados por el paso del huracán, que dejó más de 1.800 muertos y destruyó más de 800.000 hogares.
El director ejecutivo del Centro para la Participación y el Desarrollo Sostenibles en Lower Ninth Ward, Arthur Johnson, explica que, desde entonces, la preparación para desastres "se ha convertido en la norma, no en la excepción". Se han construido centros de evacuación, elevado las casas e instalado paneles solares en los techos.
El centro enseña a la comunidad aquí a crear "jardines de lluvia" que capturen el agua de lluvia para su reutilización. Y con gran parte del suelo aún está contaminado por los productos químicos tóxicos, enseña a la población local cómo cultivar huertos y plantar semillas en los canales sobre el suelo.
TRABAJANDO CON AGUA
A mayor escala, los arquitectos Waggonner y Ball ,con sede en Nueva Orleans, han desempeñado un papel principal en el desarrollo del Plan de Agua Urbana del Gran Nueva Orleans.
Con la financiación de la Oficina de Desarrollo Comunitario de Luisiana, el plan aborda las inundaciones causadas por las fuertes lluvias, así como los hundimientos del suelo causados por el bombeo de aguas pluviales, un método a todas luces obsoleto.
El presidente de la compañía, David Waggonner, tiene a la ciudad de Ámsterdam como referente. "La ciudad necesita aprender a vivir con agua, creando un espacio para que el agua caiga y vaya gradualmente al suelo y vuelva al cielo", ha dicho.
Entre los nuevos proyectos está el Mirabeau Water Garden en el distrito de Gentilly: 10 hectáreas diseñadas para desviar el agua de los canales, así como otras infraestructuras verdes como nuevos parques y calles rediseñadas con árboles, áreas verdes y estanques.
PLAN MAESTRO COSTERO
Nueva Orleans es la ciudad más grande del estado, con una población de poco menos de 400.000 habitantes, pero Louisiana en general está respondiendo rápidamente a la pérdida constante de tierras y un mayor riesgo de inundación.
Y esta rapidez es necesaria porque, egún un estudio publicado por la Sociedad Geológica de EEUU, Luisiana está sufriendo la pérdida de sus humedales a un ritmo del tamaño de campo de fútbol de una hora.
"Después del 'Katrina', la gente ha comenzado a tomarse tomar realmente en serio los problemas costeros", ha declarado Denise Reed, profesora de investigación de la Universidad de Nueva Orleans y asesora técnica clave del Plan maestro Costero liderado por el estado.
El primer plan maestro de este tipo fue ordenado por la legislatura estatal después del 'Katrina', pero las versiones anteriores eran más bien una "lista de deseos", dijo Reed.
El último plan, elaborado por la Autoridad de Protección y Restauración Costera y aprobado en 2017, describe proyectos prioritarios que requieren una inversión de 50.000 millones de dólares.
El dinero es necesario para reconstruir las islas "barrera" y los humedales, mover agua y sedimentos del río Mississippi para construir nuevos pantanos y diques, levantar casas y, en algunos casos, comprar propiedades para que los propietarios puedan mudarse a un lugar más seguro.
"Todos tenemos que ser creativos con los gastos", ha explicado Reed a la Fundación Thomson Reuters. "En el área donde vivo, hemos aprobado un impuesto a las ventas, por lo que cada vez que vas a la tienda a comprar algo, uno o dos centavos van a una hucha para construir un dique".
TIERRA HUNDIDA, OLEAJE EN CRECIMIENTO
El profesor asociado del Consorcio Marino de Universidades de Louisiana, Alex Kolker, pide tener en cuenta un factor adicional: las grandes estructuras industriales, petroleras en particular, que existen en el mar, y que corren el peligro adicional de quedar inundadas por el crecimiento del oleaje.
"Del orden del 20 al 30 por ciento de la infraestructura petrolera del país se encuentra en el Golfo de México", ha explicado el oceanólogo y geólogo costero. "Se trata de una inversión multimillonaria, si no multimillonaria, y gran parte de ella está a, o muy cerca, del nivel del mar".
La industria extractiva está en riesgo por el aumento de los mares y las tormentas, pero también es una razón clave por la que Louisiana está disminuyendo, explicó. Cuando se extraen petróleo y gas del suelo, se crea un vacío y la tierra se hunde en él.
La investigación de Kolker muestra que gran parte del hundimiento que afecta a la costa de Louisiana se relaciona con estos patrones de extracción de petróleo y gas.
En el último siglo, la mayor parte del aumento en el nivel del agua se debió al hundimiento del suelo, pero a medida que el nivel del mar aumenta, eso está cambiando. "La mayor variable para el futuro de Louisiana es el aumento del nivel del mar", dijo Kolker. Señaló las predicciones de que Estados Unidos verá un aumento medio de un centímetro al año en 2050.
"Esas son las tasas que experimentamos al final de la última Era Glacial. Eso sería muy, muy perturbador para ciudades como Nueva York, a Londres y Tokio", según el profesor. En ese contexto, las lecciones que se aprenden en Louisiana son de importancia extraordinarias para el resto del mundo, cree Kolker.
Aquí puedes leer el plan costero completo:
Plan costero maestro para Nueva Orleans