DUBLÍN, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ha defendido este sábado durante la visita del Papa Francisco a Dublín la necesidad de construir "una nueva relación entre el Estado y la Iglesia" en Irlanda tras los graves casos de abusos recientemente destapados, una "historia de tristeza y vergüenza" en palabras del propio Varadkar.
El primer ministro ha emplazado al Papa a utilizar su "cargo e influencia" para garantizar que las víctimas de los abusos puedan obtener "justicia, verdad y curación" tras los graves casos ocurridos.
Varadkar se ha referido expresamente a escándalos como los de las Lavandería de la Magdalena, los Hogares Madre e Hijo, las escuelas industriales, las adopciones ilegales y a los abusos contra menores por parte de religiosos.
Por todo ello, ha defendido que la religión ya no puede ser el centro de la sociedad, aunque aún conserve en ella un lugar importante. En ese sentido ha recordado las aportaciones católicas mediante colegios y hospitales.
"Creo que la Iglesia Católica siempre nos ha ayudado a comprender que somos ciudadanos de un mundo mayor y parte de una familia global y universal. Nuestros valientes misioneros --sacerdotes y monjas-- han proporcionado educación a muchas personas en todo el mundo. Hoy nuestros 'cascos azules' y cooperantes siguen esa orgullosa tradición", ha subrayado Varadkar.
"Personas de profunda fe cristiana también dio educación a nuestros hijos cuando nuestro gobierno no lo hacía. También son los responsables de la financiación de nuestro más antiguo hospital y daban ayudas a mucha gente", ha reconocido el mandatario irlandés.
Además, Varadkar ha planteado que el Papa viaje también Irlanda del Norte en su próxima visita. "Compartimos una Irlanda común como hogar", ha argumentado.
El Papa Francisco ha llegado este sábado a Irlanda de visita oficial, donde se ha encontrado con una sociedad transformada por completo desde la última visita pontificia al país, hace 39 años. Más de la mitad de la población irlandesa viajó para poder ver al Papa Juan Pablo II en 1979, año en el que ni el divorcio ni los métodos anticonceptivos eran legales en el país.
La cuestión de los abusos de religiosos será uno de los temas de la visita, ya que el informe de la comisión Ryan publicado en 2009 concluyó que más de 25.000 menores habían sido víctimas de abusos perpetrados por unos 400 religiosos durante 81 años (de 1914 a 2000).