MONTEVIDEO, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un amplio número de farmacéuticos en Uruguay se han negado a vender marihuana por miedo a posibles problemas de seguridad o a perder la confianza de su clientela tras la aprobación de la Ley sobre Control y Regulación de la Marihuana en el país el pasado martes.
La mayoría de farmacias de Montevideo y los alrededores creen que puede haber problemas de seguridad si venden marihuana en sus locales, además de que temen perder la confianza de algunos clientes o que renuncien las empresas químicas farmacéuticas con las que trabajan, según unas entrevistas realizadas por el diario uruguayo 'El País'.
La dueña de la farmacia Pose, en el Cerrito de la Victoria, en la ciudad de Montevideo, ha advertido que los problemas de inseguridad de la zona "ya son bastantes como para agregar uno más", y cree que una vez que cada consumidor agote el máximo de 40 gramos al mes que le permite la ley, querrá adquirir más cantidad.
La misma posición es la que ha defendido Eva, de 75 años, quien hace 10 que está al frente de una farmacia. La dueña ha comentado que pondrá un cartel en la puerta con el texto: 'Acá no se vende marihuana'.
"Esto es preocupante. Van a venir algunos a comprar, pero mañana, si no tienen dinero y saben que tu tienes la droga disponible, estás expuesto, no solo a que te roben, sino a que te agredan", ha advertido Jaqueline, de 47 años y propietaria de la farmacia Reducto.
Aunque Jaqueline ha señalado que esto no quiere decir que esté en contra de la regulación de la venta de cannabis, considera que "si el Gobierno quiere vender marihuana" debe hacerlo "dentro de sus centros de salud".
A FAVOR
Sin embargo, no todos los farmacéuticos están en contra de vender marihuana en sus establecimientos, aunque el diario 'El País' sostiene que son una minoría.
Miguel, de la farmacia Brun, del departamento de Flores, en el centro-oeste del país, ha indicado que "obviamente" venderá marihuana porque mantiene la esperanza en que así "se levantan las ventas", a parte de que en su establecimiento es algo que "no molesta para nada".
El farmacéutico ha indicado que no tiene temor a problemas de seguridad y ha comparado: "Siempre vendimos psicofármacos y nunca nos pasó nada y el psicofármaco, a la gente que es adicta, le viene 'de perillas'". De todas formas, ha advertido que todavía no había decidido si vender el producto en la puerta de entrada al comercio o en la parte de atrás.
Por otra pate Hugo, que trabaja en la farmacia de la farmacia Ropiel de Sarandí de Yí, en la ciudad Durazno, en el centro del país, también ha sostenido que no tiene problemas en vender marihuana, pero que todo dependerá de si la empresa química que trabaja con él lo acepta. "No voy a cambiar el químico por eso, prefiero no vender y seguir trabajando con él", ha argumentado.