MADRID, 4 Ago. (EUROPA PRESS) -
Varios países de la Unión Europea, como Alemania, Francia o Reino Unido, han deplorado este viernes la condena de 19 años de prisión por extremismo contra el destacado opositor ruso Alexei Navalni, quien permanece encarcelado por otra sentencia en su contra.
El Ministerio de Exteriores de Francia ha condenado en un comunicado las "condiciones injustas" del juicio, así como "los fundamentos arbitrarios" del procedimiento, que supone un "hostigamiento judicial" contra Navalni y un "incumplimiento" del estado de derecho por parte de las autoridades.
"Navalni se encuentra recluido en condiciones preocupantes, sin acceso a atención requerida ni a un examen médico independiente. Francia sigue con preocupación su situación y responsabiliza a Rusia de cualquier deterioro de su estado físico", ha sentenciado.
Asimismo, París ha afirmado que se ha producido un "endurecimiento de la represión" de las libertades en el país desde el comienzo de la guerra de Ucrania y ha hecho un llamamiento a Moscú para que libere a Navalni "de forma inmediata", así como a todos los presos políticos.
De la misma forma, el ministro de Exteriores de Reino Unido, James Cleverly, se ha sumado a las críticas y ha deplorado la condena contra el opositor ruso en su perfil oficial de la red social X, conocida anteriormente como Twitter.
"Su abuso muestra el total desprecio de Rusia incluso por los Derechos Humanos más básicos. La disidencia no se puede silenciar. Reino Unido pide su liberación inmediata", ha escrito Cleverly en la citada red social.
Por su parte, la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, ha asegurado en su perfil de la red social X que Rusia cuenta con un "sistema de justicia arbitrario" y ha afirmado que con la condena contra Navalni Moscú "no silenciará las voces críticas".
Otros países europeos, como Polonia o República Checa, se han pronunciado al respecto, el primero aludiendo a su preocupación por el deterioro de los Derechos Humanos en el país, mientras que el segundo alegando que supone una "continuación del repugnante teatro" para la "liquidación gradual de la oposición y la sociedad civil".