CACAOPERA (EL SALVADOR), 9 (Reuters/EP)
Las víctimas de la masacre de 'El Mozote', que tuvo lugar en diciembre de 1981, durante un operativo militar en Morazán durante el inicio de la guerra civil que sufrió El Salvador entre 1980 y 1992, reclaman "saber la verdad" y que "se haga justicia", 38 años después del suceso.
"Nuestra bandera de lucha es saber la verdad, que se haga justicia, que haya reparación y que nunca más se vuelvan a dar estos hechos", ha indicado Fidel Pérez, que a los siete años sobrevivió al estallido de una granada lanzada por un soldado al interior de una cueva en la que había buscado refugio junto con sus familiares y vecinos.
La explosión hizo que Pérez cayera desmayado, aunque apenas sufrió heridas leves. Sin embargo, al despertar se percató que su madre y una de sus hermanas estaban entre las doce víctimas mortales del ataque.
Temerosos de que los soldados regresaran por ellos, los ocho sobrevivientes enterraron ahí mismo a sus seres queridos y huyeron del lugar. No regresaron hasta 1994 para exhumar sus restos y darles sepultura en Cacaopera, una comunidad predominantemente indígena en la que se establecieron tras el fin de la guerra.
Ahora, el juez Jorge Guzmán, que busca nuevas evidencias sobre la masacre de 'El Mozote', ha ordenado exhumar los huesos de la madre y la hermana de Pérez, y se espera que estos arrojen luz sobre lo sucedido.
Un informe de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas concluye que entre el 10 y el 13 de diciembre de 1981, soldados torturaron y ejecutar a más de mil pobladores del caserío El Mozote y otros lugares cercanos en el departamento de Morazán, a 180 kilómetros al noreste de la capital del país, San Salvador, en busca de guerrilleros.
"Lo más difícil son las huellas marcadas en la mente, en el corazón de uno, de dejar a un familiar abandonado", ha lamentado Pérez, que escapó junto a su padre y otro hermano.
POSIBLE AMNISTÍA
Dieciséis militares retirados, entre ellos el exministro de Defensa de El Salvador, José Guillermo García, están acusados de planificar y ordenar la masacre.
No obstante, ninguno irá a la cárcel si el Congreso aprueba una nueva ley que daría amnistía a los responsables de los crímenes de la guerra civil, tanto militares como guerrilleros.
La iniciativa forma parte de la llamada Ley de Reconciliación', que busca reparar a las víctimas y poner punto final a las secuelas del conflicto, que dejó 75.000 muertos y unos 8.000 desaparecidos y que se prevé que sea aprobada en los próximos días.
Expertos en Derechos Humanos aseguran que la ley no evitaría que los responsables sean condenados, pero sí que pisaran la cárcel, al tiempo que podrían conmutar las condenas por trabajos sociales o arrestos domiciliarios.
"Es una burla para los miles de crímenes y específicamente, en el caso de 'El Mozote', una burla después de haber asesinado a más de mil campesinos, en su mayoría niños", ha explicado Wilfredo Medrano, el abogado que representa a 60 familias de víctimas, durante las exhumaciones en Cacaopera.
Si los legisladores no logran aprobar el proyecto antes del 13 de noviembre, podrían solicitar una prórroga de cuatro meses.
"Ojalá que se haga justicia, pues no fueron animales los que mataron acá", ha apuntado por su parte María Núñez de Márquez, una ama de casa de 61 años cuyos suegros y cinco hermanos de su marido también fueron asesinados en 'El Mozote'.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que asumió su mandato en junio, se reunió ese mes con familiares de las víctimas y reiteró su compromiso de no apoyar "ninguna" ley de amnistía, de acuerdo a su oficina.