DAKAR, 10 Nov. (Reuters/EP) -
La violencia de Boko Haram en el lago Chad, una zona ya afectada tanto por la sequía como por las inundaciones, podría empeorar la crisis migratoria de Europa, tras haber obligado a millones de personas a huir de sus hogares, según ha advertido el coordinador humanitario de la ONU para el Sahel, Toby Lanzer.
Las dificultades de los inmigrantes africanos que luchan por alcanzar Europa ha despertado la alarma internacional, aseguró este lunes Lanzer, quien ha advertido de que el amplio número de desplazados como causa de los ataques del grupo terrorista podría estimular la migración a través del Mediterráneo. "Hay muchas posibilidades de que muchas de estas personas busquen refugio más lejos", afirmó.
Unos 2,5 millones de personas se han visto afectados por el conflicto en Nigeria, Níger, Chad y Camerún, de los cuales 2,1 millones son desplazados internos en Nigeria, según las últimas cifras de la Oficina para la Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA).
La combinación de la pobreza extrema, la degradación medioambiental y la falta de oportunidades para los jóvenes también podrían avivar la violencia y la inseguridad en la región, advirtió Lanzer. "Dado el amplio número de jóvenes en la cuenca del lago Chad, el terreno es caldo de cultivo para que los grupos extremistas vayan y recluten", añadió.
Lanzer emitió estas declaraciones de cara a una cumbre entre África y la UE sobre inmigración, que se celebrará el miércoles en Malta. En el encuentro el bloque anunciará el establecimiento de un fondo de 1.800 millones de euros para hacer frente a las raíces del flujo masivo de inmigrantes hacia Europa y a los desplazamientos forzosos en África. "La inmigración será más seria si no abordamos las causas subyacentes de la pobreza, el cambio climático y la violencia", destacó Lanzer.
Una campaña militar a principios de 2015 de los cuatro países africanos afectados por el conflicto consiguió que el grupo terrorista se mantuviera en el norte de Nigeria. Esto minó la ofensiva que Boko Haram lleva a cabo desde hace seis años con el fin de forjar un califato islámico.
Sin embargo, los milicianos han reaccionado con una nueva ola de incursiones mortales y ataques bombas, que llevó a que las autoridades de Chad declarasen el lunes el estado de emergencia en la región del lago Chad.
VIDAS DESTROZADAS
El lago Chad, que sufre sequías e inundaciones cíclicas, era el lago más grande del mundo, pero se ha secado al 90 por ciento en los últimos 50 años. Esto, junto con el aumento de la inseguridad, ha destrozado los medios de vida de sus habitantes, como la pesca y la agricultura, ha reducido el comercio transfronterizo y ha hecho que un número en aumento de comunidades dependan de la ayuda humanitaria, según OCHA. "Se ha destrozado vidas, la economía está hecha pedazos y los acuerdos comerciales han sido interrumpidos de forma severa", añadió Lanzer.
La mayoría de desplazados vive con otras comunidades locales, lo que ha aumentado la presión sobre las familias que ya luchan por sobrevivir, afirman las agencias de ayuda. "Las comunidades han sido separadas y el tejido social ha sido gravemente perturbado por la violencia, lo que ha provocado tensiones intercomunales", ha asegurado el coordinador de operaciones del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para el lago Chad, Christian Wabnitz.
Las instituciones sanitarias tienen falta de personal, equipamiento y medicinas básicas, lo que ha hecho que las tasas de malnutrición se hayan elevado, ha alertado Wabnitz, quien ha añadido que la temporada de lluvias amenaza con un aumento de los casos de malaria y cólera.
Médicos sin Fronteras (MSF) ha desplegado servicios médicos móviles a lo largo de toda la región para ayudar a las víctimas del conflicto, pero sus equipos han asegurado que no pueden llegar a todos los desplazados debido a la "situación volátil e impredecible".
"Seguimos muy preocupados por aquellos que no pueden llegar a los servicios sanitarios porque sienten que es demasiado inseguro viajar o por aquellos que viven en lugares sin servicios médicos", ha explicado la jefa de MSF de la misión de Chad, Federica Alberti.
La violencia ha afectado particularmente a mujeres y niños, ya que están siendo secuetrados, violados y víctimas de trata, forzados a trabajar de vigilantes y usados como bombas, ha denunciado OCHA.