MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
Decenas de voluntarios trabajan contra reloj para tratar de salvar a decenas de ballenas que se encuentran varadas en una playa en Nueva Zelanda, a la que llegaron unos 400 de estos mamíferos, unos 300 de los cuales han fallecido en las últimas horas.
Las ballenas piloto han quedado varadas en una playa en Farewell Spit, en la isla Sur. Decenas de voluntarios y ecologistas de la zona se encuentran en la playa tratando de mantener con vida a las ballenas que han sobrevivido, con la esperanza de que algunas de ellas puedan volver al mar con la marea alta.
El Departamento de Conservación ha informado de que recibió un aviso de que una ballena podía varar hacia las 20:00 horas del jueves y se ha defendido de las críticas ante la lentitud de la respuesta sosteniendo que no se podía actuar por la noche porque era peligroso debido al elevado número de ballenas. Su personal no ha llegado a la playa hasta las 5.30 horas del viernes, según informa el diario local 'New Zealand Herald'.
Según ha explicado un responsable del departamento al diario, aparentemente las ballenas que han sido reflotadas han nadado en la dirección equivocada y han vuelto a quedar encalladas en la arena, por lo que la única esperanza es cuando vuelva a producirse la marea alta.
Por su parte, el doctor Stuart Hunter, de la Universidad de Massey, se dispone a viajar a la playa para hacer una necropsia a las ballenas con el fin de tratar de "determinar si hay una razón subyacente por la que un número tan elevado de ballenas vararon y murieron en un lapso tan corto de tiempo".
"No es inusual que las ballenas piloto queden varadas en masa pero este suceso es inusual debido a la gran cantidad de ballenas implicadas y al breve espacio de tiempo", ha añadido el experto.
Según el diario neozelandés, se trata del tercer mayor fenómeno de ballenas varadas en las playas de Nueva Zelanda del que hay datos, después de que un millar quedaran atrapadas en las islas Chatham en 1918 y 450 lo hicieran en Auckland en 1985.