BRUSELAS, 19 (EUROPA PRESS)
La presidenta de la Comisión Europea, la conservadora alemana Ursula von der Leyen, aspira a renovar su mandato al frente del Ejecutivo comunitario tras las elecciones europeas del próximo junio, según ha comunicado este lunes a sus compañeros de partido en un encuentro en Berlín de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) alemana.
"Es una decisión muy consciente y bien pensada. Me gustaría presentarme a un segundo mandato y estoy muy agradecida a la CDU por proponerme hoy como candidata principal a la Comisión Europea", ha dicho Von der Leyen en una rueda de prensa en Berlín, acompañada por el líder de la CDU, Friedrich Merz, para escenificar el aval de su partido.
En su primera intervención como candidata, Von der Leyen ha subrayado que su "pasión por Europa ha crecido", ha insistido en que cree "firmemente" en la Unión Europea y destacado que Europa es su "hogar".
A pesar del anuncio de este lunes, Von der Leyen tendrá que esperar hasta el Congreso del PPE del mes de marzo en Bucarest para que se formalice el apoyo de su familia política europea, aunque el plazo para la presentación de candidaturas alternativas se agota esta semana sin que haya otros nombres sobre la mesa.
La exministra de Defensa alemana oficializa así su candidatura a ser cabeza de lista del Partido Popular Europeo (PPE) a las elecciones que se celebrarán en toda la Unión Europea entre el 6 y el 9 de junio (domingo 9 en España).
La reelección de Von der Leyen como jefa del Ejecutivo comunitario dependerá de la decisión de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, que tras los resultados de las europeas negociarán el reparto de los altos cargos del bloque, incluida la presidencia de la Comisión, pero también la del Consejo Europeo y del Parlamento Europeo. El nombramiento, además, necesita el visto bueno de la Eurocámara, cuyo pleno aprobó su designación en 2019 por un estrecho margen.
Von der Leyen, médico de formación y 65 años, se convirtió hace casi cinco años en la primera mujer en ocupar la presidencia de la Comisión Europea y desde entonces ha tenido que hacer frente a momentos críticos como coordinar la respuesta de los Veintisiete a la pandemia de coronavirus o respaldar a Ucrania frente a la invasión rusa.
En este tiempo ha sido capaz de ganar apoyos entre las filas de otros grupos políticos, incluido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que el pasado verano afirmó en una charla con periodistas que podría contar con su apoyo si la presidencia de la Comisión volviera a recaer en manos del PPE.
Sin embargo, su temprano viaje a Israel tras los atentados de Hamás el pasado 7 de octubre, pese a no tener competencias en política exterior y las diferentes sensibilidades entre los 27, o su reciente tibieza a la hora de defender el Pacto Verde -buque insignia de su primer mandato-- frente a las protestas del campo han perjudicado su perfil de consenso.
En los meses que restan hasta las elecciones al Parlamento Europeo de junio, Von der Leyen tendrá que cuidarse de disociar su papel institucional como presidenta del Ejecutivo comunitario del de candidata, de acuerdo a las normas del código de conducta que recientemente revisó el propio Colegio de Comisarios que preside para aclarar las reglas en campaña electoral.
Hasta ahora, los comisarios sí han tenido que acogerse a excedencias sin sueldo temporales cuando se han postulado como candidatos en otras campañas, por ejemplo el vicepresidente para el Pacto Verde, Frans Timmermans, en las elecciones holandesas o la vicepresidenta de Competencia, Margrethe Vestager, que retomó sus tareas tras disputarle sin éxito el Banco Europeo de Inversiones (BEI) a Nadia Calviño.
Esa revisión permite a los comisarios no tener que dejar su cargo europeo mientras hacen campaña si son candidatos a las europeas pero siempre que cumplan condiciones precisas para separar sus perfiles institucionales del político.
Así, por ejemplo, Von der Leyen no podrá utilizar recursos comunitarios para defender su candidatura --tampoco sus cuentas oficiales en redes sociales-- y deberá garantizar su continuidad en los asuntos institucionales, por ejemplo asistiendo a reuniones del Consejo o a sesiones parlamentarias.