BRUSELAS, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llega Túnez este domingo, acompañada del primer ministro neerlandés, Mark Rutte, y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, para tratar con el país magrebí la crisis económica y la cuestión migratoria, tras el aumento en el flujo migratorio en el Mediterráneo al que Roma respondió declarando el estado de emergencia.
Tal y como anunció en rueda de prensa el portavoz comunitario, Eric Mamer, el viaje se centrará en las relaciones bilaterales entre Túnez y la UE y en un acuerdo de cooperación en materia económica, energética y de migración, si bien ha precisado que este documento no está todavía finalizado.
En la visita, Von der Leyen, Rutte y Meloni se reunirán con el presidente tunecino, Kais Saied, mandatario al que la oposición denuncia por su deriva autoritaria, tras la detención de líderes disidentes y de proceder con unas elecciones boicoteadas por la oposición que contaron con una participación del 10 por ciento.
En todo caso, la UE ha debatido los últimos meses cómo dar pasos adelante para estabilizar el país ante el deterioro económico y social que ha provocado también un auge en la migración ilegal a través del Mediterráneo central.
Preguntado por la coordinación con el gobierno de Meloni, Mamer ha insistido en que el hecho de que Von der Leyen viaje a Túnez acompañada de la dirigente italiana es una muestra del "dialogo constructivo" entre Bruselas y las autoridades italianas.
Además de la crisis política, Túnez también padece un estado de asfixia financiera que el viernes llevó a la agencia de calificación Fitch a rebajar la nota crediticia de Túnez a 'bono basura' en un nuevo golpe a la deteriorada economía del país norteafricano, ahora mismo atascado en las negociaciones finales con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un préstamo imprescindible de cara a una futura recuperación.
Fitch esgrime que la rebaja "obedece a la incertidumbre en torno a la capacidad de Túnez para movilizar los fondos suficientes a la hora de cubrir los enormes requisitos de financiación que debe cumplir".
Concretamente, la agencia pronostica que el Gobierno tunecino necesitará financiación por valor del 16 por ciento del PIB en 2023 (unos 7.500 millones de euros) y de un 14 por ciento en 2024 (unos 7.300 millones de euros) "muy por encima de la media del 9 por ciento registrada entre 2015 y 2019".
La nueva calificación CCC- demuestra, además, "el fracaso" de las autoridades tunecinas, con el presidente a la cabeza, "a la hora de poner en práctica el programa pactado con el FMI", cuyo cumplimiento es imprescindible para obtener financiación y garantizar este préstamo de 1.900 millones de dólares (1.764 millones de euros), como el recorte del gasto público.