La ONG advierte de que cabe esperar más casos de desnutrición así como de abusos sexuales y traumas
MADRID, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
Cada vez se están detectando más casos de desnutrición y de abusos sexuales entre los más de 500.000 refugiados rohingya que se encuentran en Bangladesh, entre los que hay miles de menores no acompañados porque perdieron a sus padres o se vieron separados en la huida, si bien desde la ONG World Vision han alertado de que esto es solo "la superficie" del sufrimiento de todos ellos, en especial los niños.
Los campamentos, muchos improvisados, en los que se han instalado los rohingya desde finales de agosto en su huida de la ola de represión del Ejército birmano, están atestados y "carecen de los servicios básicos", ha explicado el director de World Vision en Bangladesh, Fred Witteveen, precisando que también hay datos crecientes de "agresiones sexuales a mujeres y niños".
El responsable de la ONG se ha mostrado especialmente preocupado por la situación de los niños, sobre todos los menores no acompañados, quienes podrían ser víctimas del tráfico de personas como consecuencia del caos imperante.
Según ha dicho, se ha registrado hasta la fecha a más de 1.600 menores no acompañados, "pero sospechamos que esta es solo una fracción de la cifra real". "Estos niños están hambrientos y solos, están en riesgo de malnutrición, enfermedades, cuestiones de salud mental, explotación y abuso", ha prevenido, subrayando que la ventana de oportunidad para ayudarles antes de que sea demasiado tarde es pequeña.
"La mayoría de ellos cuentan que solo comen una vez al día, normalmente arroz con sal, por lo que no pasará mucho tiempo antes de que veamos complicaciones médicas graves por malnutrición", ha destacado Witteveen, destacando que muchos han estado huyendo durante semanas antes de llegar a los campamentos en busca de refugio.
CIFRAS ALTAS DE AGRESIONES SEXUALES
El responsable de World Vision ha incidido en las "cifras excepcionalmente altas de agresiones sexuales". "Nuestra preocupación es que esto solo sea la punta del iceberg ya que es difícil diagnosticar o ver heridas debajo de la superficie" especialmente en el momento actual, en que tanto refugiados como quienes les ayudan están centrados en la "supervivencia".
Por ello, ha sostenido que "una vez que las necesidades físicas estén cubiertas, debemos centrarnos en las necesidades mentales y psicosociales que generalmente son la segunda ola de diagnósticos en estos lugares". "Las necesidades de los refugiados todavía no han sido diagnosticadas por completo", ha reconocido, admitiendo que las necesidades de todos ellos son "abrumadoras".
Witteveen, que ha visitado los campamentos y hablados con niños refugiados, ha contado que algunos se muestran "estoicos con su dolor, mientras que otros están más abiertamente devastados".
Se trata de niños, ha precisado, que han visto matar a sus padres o quemar sus aldeas, pero también de mujeres que han visto asesinar a sus maridos, perdido a alguno de sus hijos o que ahora están tan desnutridas que no pueden amamantar a sus bebés. "Solo estamos viendo la superficie de su sufrimiento dado el caos", ha resaltado.
Somsida es una de estos niños. A sus 11 años, y tras perder a dos de sus tíos en la ola de violencia, ahora vive con su familia en un campamento en Bangladesh. "En mis sueños veo a gente corriendo, llorando, gritando y peleando y de repente me despierto en pánico", cuenta.
World Vision ha ayudado hasta ahora a 15.000 refugiados y prevé llegar a otros 45.000, "pero sabemos que esto no es suficiente y vamos a hacer más", ha señalado Witteveen. "Nuestra preocupación es cómo responder a las abrumadoras necesidades de los niños y sus familias que buscan refugio y ayuda en Bangladesh", ha precisado.