PEKÍN, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de China, Xi Jinping, y la nueva cúpula del Partido Comunista Chino (PCCh) han visitado este martes el lugar donde nació la formación política, en Shangái, un gesto simbólico que forma parte de la estrategia de Xi para posicionarse como uno de los grandes líderes del gigante asiático.
Xi y los otros seis miembros del Comité Permanente del Politburó del PCCh --elegidos en el congreso nacional que se ha celebrado en las últimas semanas en Pekín-- han estado en la casa del barrio shangainés de Xintiandi donde en 1921 se celebró el primer cónclave del PCCh.
Las fotografías difundidas por la prensa oficial china muestran a Xi y sus compañeros junto a una escena que representa a los doce delegados que asistieron a este primer congreso nacional, entre ellos Mao Tse Tung, reunidos en torno a una mesa.
Después se han desplazado hasta Jiaxing, en la provincia de Zhejiang, a donde tuvo que trasladarse ese congreso nacional por razones de seguridad. Los doce delegados continuaron las discusiones en un bote en el lago Nanhu, donde ahora se erige el Museo de la Revolución.
En 2012, días antes de ser elegido como secretario general del PCCh y, en consecuencia, presidente de China, Xi ya encabezó otra delegación en una visita al Museo Nacional, ubicado en la plaza de Tiananmen, en Pekín, sobre la historia del partido político.
"Es un importante gesto simbólico", ha dicho Willy Wo Lap Lam, profesor adjunto de la Universidad China de Hong Kong, en declaraciones a Reuters. "Es una ratificación del compromiso del PCCh en esta llamada 'nueva era del socialismo con características chinas' para volver a los valores originarios de los padres fundadores", ha indicado.
Xi aprovechó el último congreso nacional para presentar una ideología propia que ha logrado incluir en los estatutos del PCCh, lo que le sitúa al nivel de destacados dirigentes chinos, como Mao. La 'hoja de ruta' esbozada por Xi consiste en conducir a China hacia 2050 como una "potencia socialista moderna".
LA FACCIÓN DE SHANGÁI
Lam ha señalado además que la presencia de Xi y sus colegas del Politburó en la sede histórica del PCCh envía otro mensaje, ya que Shangái se identifica con la red de patrocinio político tejida por el ex presidente Jiang Zemin, de 91 años, que ha dominado el reciente congreso nacional.
"Muestra indirectamente que la facción de Shangái ha dejado de ser una fuerza política a la que tener en cuenta", ha dicho el profesor hongkonés. "Ahora, Xi está intentando traer a su propia gente", ha explicado.
Xi, un 'príncipe rojo' de Pekín, intenta forjarse un vínculo con esta ciudad ligada a las raíces del régimen chino, situando en puestos de poder a personas cercanas a él que no están relacionadas en modo alguno con Shangái.
Así, durante el fin de semana, puso a Li Qiang, un aliado suyo, al frente del PCCh de Shangái y en enero designó a Ying Yong, otro hombre de su círculo íntimo, como alcalde.