HONG KONG, 30 Jun. (Reuters/EP) -
El presidente chino, Xi Jinping, ha asegurado este viernes que hay "nuevos asuntos" y "nuevos desafíos" en la puesta en práctica del principio 'un país, dos sistemas' en Hong Kong, que garantiza a la ciudad un alto grado de autonomía, durante su visita a la región para participar en los actos en conmemoración del 20º aniversario de la soberanía del gigante asiático sobre el territorio, tras su entrega por parte de Reino Unido en 1997.
Reino Unido transfirió Hong Kong a China bajo el lema 'un país, dos sistemas' para garantizar que en la ex colonia se siguieran respetando las libertades y los derechos fundamentales, si bien las tensiones han aumentado en los últimos meses ante lo que sectores de la sociedad definen como una interferencia de Pekín en los asuntos del territorio.
"En los 20 años transcurridos desde que Hong Kong fue devuelto a la patria, el éxito de 'un país, dos sistemas' es reconocido por todo el mundo", ha asegurado Xi. "Por su puesto, durante la puesta en práctica, nos hemos encontrado algunas nuevas situaciones, nuevos problemas y nuevos retos", ha añadido.
Además, el mandatario chino ha señalado que estas situaciones deben ser manejadas correctamente y analizadas de forma racional y ha admitido que sigue confiando en la ciudad. "La clave es pensar en maneras de resolver estos problemas", ha recalcado.
Xi prometió el jueves que el sistema capitalista de Hong Kong se mantendrá sin cambios durante "al menos" 50 años, hasta 2047, sin aclarar qué sucederá después.
Sin embargo, el temor a la influencia progresiva de los líderes del Partido Comunista en Pekín se ha hecho patente en los últimos años con el secuestro de varios libreros de Hong Kong especializados en materia políticamente sensible y los esfuerzos de Pekín por inhabilitar a dos legisladores pro independencia elegidos en el Parlamento local.
El 1 de julio se espera una gran protesta en Hong Kong, justo después de que Xi abandone el lugar. La ciudad contará con una presencia masiva de seguridad, con miles de agentes de Policía desplegados para mantener el orden.
La protesta busca que el Gobierno chino cumpla con una promesa incluida en la pequeña Constitución de Hong Kong, la Ley Fundamental, para emitir el sufragio universal como un "objetivo final".