LONDRES, 19 Oct. (Reuters/EP) -
El presidente de China, Xi Jinping, será recibido con todos los honores en la visita oficial que hará esta semana a Reino Unido, a pesar de la tensión que ha caracterizado en los últimos tiempos la relación entre ambos países.
Xi y su mujer, Peng Liyuan, estarán cuatro días en Reino Unido durante los cuales se alojarán en el Palacio de Buckingham, donde se reunirá con la Reina Isabel II y con los príncipes Carlos, el heredero inmediato, y Guillermo.
El líder chino también gozará del privilegio de dirigirse al Parlamento y cerrará su gira británica en Manchester, donde el Gobierno de David Cameron pretende poner en marcha un plan de desarrollo para desafiar el dominio de Londres.
"Creo que es una buena oportunidad para profundizar nuestra relación", ha dicho el primer ministro, en una entrevista concedida a la cadena china CCTV. "Estoy encantado de que el presidente Xi vaya a estar tanto tiempo en Reino Unido", ha confesado.
En el extremo opuesto, el jefe de los laboristas, Jeremy Corbyn, ha solicitado entrevistarse con Xi para abordar la situación de los Derechos Humanos en el gigante asiático, un tema tabú que apenas suele tratarse con Occidente.
Además, la organización humanitaria Amnistía Internacional pretende convocar una protesta continua a las puertas de la residencia real para expresar su desacuerdo con al acogida que las autoridades británicas planean dar al régimen chino.
La minoría uigur --perseguida por el Gobierno chino en su bastión de Xinjiang-- ha advertido de que la alfombra roja que el Ejecutivo británico está tendiendo a Xi está teñida con la sangre de cientos de uigures.
CAMBIO DE RUMBO
La llegada de Xi supone un cambio de rumbo en las relaciones bilaterales, que en los últimos tiempos han estado marcadas por la llamada Revolución de los Paraguas, en la que miles de hongkoneses reclamaron elecciones libres en la ex colonia británica.
Coincidiendo con el auge de las protestas democráticas, el Gobierno británico decidió enviar a una delegación parlamentaria para constatar la situación de los Derechos Humanos sobre el terreno, pero China les denegó la entrada.
Reino Unido devolvió en 1997 a China la soberanía de Hong Kong con la condición de que respetara el desarrollo de los derechos y libertades fundamentales conseguidos en el archipiélago al amparo de las autoridades británicas.
Un ministro británico ha considerado que esta visita muestra "el paso firme" de Reino Unido "en la esfera internacional", que le ha permitido atraer la jugosa inversión china.
Xi ha calificado este acercamiento de "decisión visionaria", mientras que el 'Global Times' ha definido esta nueva etapa como "una era dorada" entre Pekín y Londres.