Hay más de 7 millones de personas necesitadas de ayuda alimentaria urgente y 462.000 niños a un paso de la muerte por malnutrición
MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
Yemen no se encuentra oficialmente en situación de hambruna, pero está a un paso de ello, según viene alertando repetidamente la ONU, que advierte de que en las circunstancias actuales, con más del 70 por ciento de la población necesitada de ayuda y 462.000 niños a un paso de la muerte por malnutrición severa aguda, un niño muere cada diez minutos en el país.
Las abrumadoras cifras permiten hablar de la mayor emergencia alimentaria mundial, con 14 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria y la mitad de ellas en necesidad de ayuda urgente para poder sobrevivir, ya que no saben de dónde vendrá su próxima comida.
"Las tasas de malnutrición aguda han pasado el umbral de 'crítico' en cuatro provincias y la producción agrícola está cayendo en todo el país, por lo que la población podría caer en la hambruna si no consigue el apoyo que necesita", advierte en una entrevista a Europa Press el representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en el país, Stephen Anderson.
Según ha precisado, en algunas zonas las tasas de malnutrición aguda global alcanzan el 31 por ciento, "más del doble del nivel de emergencia fijado por la Organización Mundial de la Salud".
Los más afectados son los niños. De acuerdo con los datos de la ONU, hay 462.000 menores con malnutrición aguda severa, por lo que requieren tratamiento urgente, mientras que otros 1,7 millones presentan malnutrición aguda moderada. "Los niños con malnutrición aguda severa tienen diez veces más riesgo de morir que un niño sano", advierte Anderson.
El conflicto que desde marzo de 2015 enfrenta al Gobierno yemení, apoyado por una coalición liderada por Arabia Saudí, y a los rebeldes huthis y fuerzas leales al expresidente Alí Abdulá Salé, ha provocado que solo el 45 por ciento de las instalaciones sanitarias del país sigan estando operativas y accesibles, mientras que el 38 por ciento solo funcionan parcialmente. Como consecuencia, según datos de la OMS, 14,8 millones de yemeníes carecen de acceso a atención sanitaria básica.
UNICEF/Al Zikri
DIFERENCIA ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE
Una atención que en el caso de un niño desnutrido puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. "La mortalidad entre los menores de 5 años en Yemen ha vuelto a los niveles de hace 10 años", lamenta la representante del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Meritxell Relaño, en declaraciones a Europa Press.
Según explica, unos 63.000 niños mueren por causas prevenibles como la diarrea o la neumonía. "Los niños no se mueren por falta de comida, sino por las enfermedades asociadas a la misma", subraya, aclarando que la falta de agua y saneamiento está "generando enfermedades" que pueden ser mortales, como el cólera, del que ya hay 18.000 posibles casos.
La gran preocupación de las agencias de la ONU, y de las ONG que trabajan en Yemen, es la falta de alimentos. El país ya se veía obligado a importar el 90 por ciento de sus alimentos antes del conflicto, pero en las circunstancias actuales esto se ha hecho mucho más complicado debido, entre otras cosas, a las restricciones financieras que están sufriendo los importadores de cereal.
Además, la coalición liderada por Arabia Saudí ha impuesto un bloqueo marítimo y en las últimas semanas se han intensificado los combates en torno al puerto de Hodeida, lo que ha limitado la llegada de barcos con ayuda, mientras que otros han sido desviados al puerto de Adén, que carece de la infraestructura necesaria para gestionar las necesidades de importación del país.
La falta de combustible y sus elevados precios también tienen un enorme impacto tanto en la labor de las propias agencias humanitarias como en el día a día de los yemeníes, que han perdido sus medios de vida y, en el caso de los funcionarios, llevan meses sin cobrar sus sueldos.
UNICEF/Rahman
DISTRIBUCIÓN DE ALIMENTOS COMPLICADA
Así pues, resalta Relaño, "la distribución de alimentos es cada vez más complicada y peligrosa", entre otras cosas por la inseguridad reinante y por los numerosos controles que imponen las partes, máxime cuando dicha ayuda tampoco llega a todos los que la necesitarían. En el caso del PMA, según explica Anderson, han venido ofreciendo asistencia a seis millones de personas al mes, pero han tenido que "reducir la ración de alimentos" ante la falta de fondos.
En todo caso, defiende la representante de UNICEF, por mucho que se esfuercen las agencias humanitarias por tratar de cubrir la falta de alimentos a la que se enfrentan los yemeníes, "el sector humanitario no puede reemplazar a un sector comercial funcional".
Lamentablemente, en Yemen "estamos casi ante una situación humanitaria causada por una guerra económica", afirma Releño, denunciando que "las partes en conflicto están usando la economía para hacerse el mayor daño posible y al final los que pagan son los yemeníes, que no pueden comprar una comida que cuesta el doble o el triple de su precio".
El conflicto también ha tenido un claro efecto en la educación, ya que actualmente hay unos 2 millones de niños en edad escolar que no van a clase, así como en el incremento del número de casos de violencia de género. Según el Fondo de Población de la ONU (UNFPA), la violencia de género, incluida la violencia sexual, "ha aumentado casi dos tercios desde que comenzó la guerra" y hasta finales de 2016 se habían registrado más de 10.000 casos de violencia de este tipo.
UNICEF/Nassir
HACEN FALTA MÁS FONDOS
Para evitar que la situación siga deteriorándose y que se llegue efectivamente a la hambruna, hacen falta fondos, según coinciden los responsables del PMA y UNICEF en el país. La ONU ha hecho un llamamiento por 2.100 millones de dólares para 2017.
"La comunidad internacional tiene que hacer más porque la falta de fondos está limitando nuestro alcance y poniendo miles de vidas en riesgo", apunta por su parte el director de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) en Yemen, George Khoury.
"La hambruna no se ha declarado en Yemen, pero es un escenario posible para 2017", subraya en declaraciones a Europa Press, advirtiendo de que solo podrá evitarse si "se emprenden acciones inmediatas".
UNICEF/Saeed
"LA MEJOR ASISTENCIA, LA PAZ"
En todo caso, los tres responsables humanitarios coinciden en que lo mejor para el país y para los yemeníes sería el fin del conflicto. "La mejor asistencia humanitaria es la paz", defiende Khoury, expresando su esperanza de que "las partes en el conflicto elijan en 2017 que el único camino hacia una solución es la negociación y el diálogo, por muy desafiante que pueda parecer".
"No hay una solución militar y los yemeníes necesitan la paz, es vital para su supervivencia", insiste el responsable de OCHA en el país. "Solo una paz sostenible puede traer las soluciones, la esperanza y un futuro para los yemeníes", remacha.