El sector privado palestino anuncia que no acudirá a la conferencia en Manama
MADRID, 28 May. (EUROPA PRESS) -
Jared Kushner, yerno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y asesor de la Casa Blanca, encabeza una delegación que ha iniciado esta semana una gira oficial en el marco de los preparativos para la conferencia económica sobre Palestina que se celebrará en junio en Bahréin.
En el marco de la gira, Kushner y el resto de la delegación --en la que está el enviado para Oriente Próximo de la Casa Blanca, Jason Greenblatt-- visitarán Marruecos, Jordania e Israel, según fuentes citadas por la cadena de televisión estadounidense CNN.
Según estas informaciones, la delegación se centrará en recabar información sobre la postura de estos países respecto al conocido como 'acuerdo del siglo' que prepara la Administración estadounidense para intentar lograr la paz entre israelíes y palestinos.
Estados Unidos anunció el 19 de mayo la conferencia, que se celebrará los días 25 y 26 de junio en la capital de Bahréin, y la describió como parte del esperado 'acuerdo del siglo', del que hasta ahora no han trascendido detalles.
La Casa Blanca sostuvo que la misma "es una oportunidad clave para reunir a gobiernos, sociedad civil y líderes empresariales para compartir ideas, discutir estrategias y unificar el apoyo para potenciales inversiones e iniciativas económicas que puedan ser posibles a raíz de un acuerdo de paz".
En este sentido, argumentó que el objetivo es "facilitar discusiones" para "un futuro próspero para el pueblo palestino y la región". "En caso de ser aplicada, esta visión tiene el potencial de transformar radicalmente vidas y poner a la región en el camino hacia un futuro más brillante", agregó.
Sin embargo, el anuncio de Washington fue respondido con frialdad por parte de las autoridades palestinas. De hecho, el primer ministro palestino, Mohamad Shtayé, aseguró que las autoridades no han sido consultadas acerca de la conferencia, algo que fue confirmado por el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat.
Inmediatamente después, el ministro de Desarrollo Social, Ahmed Majdalani, quien es también miembro del comité ejecutivo de la OLP, afirmó que "no habrá participación palestina en la conferencia de Manama".
"Cualquier palestino que participe (en la conferencia) no será otra cosa que un colaborador de los estadounidenses e Israel", agregó, en declaraciones a la agencia de noticias Reuters.
EL SECTOR PRIVADO PALESTINO NO PARTICIPARÁ
En esta misma línea, las Federaciones y Asociaciones del Sector Privado Palestino han anunciado este mismo martes que no acudirán a la conferencia y han criticado que Trump "posponga la publicación de su visión política para la paz en Oriente Próximo y siga adelante con su plan económico, ofreciendo la zanahoria antes del palo".
"No tenemos mala voluntad hacia cualquier parte que quiera realmente ayudar al desarrollo económico (palestino), pero en el contexto indicado y no a cambio de nuestros derechos políticos", han sostenido.
Por ello, han resaltado que consideran que es mejor "no ser parte de ninguna acción que sea contraria al consenso nacional palestino", tal y como ha recogido la agencia palestina de noticias WAFA.
"No seremos parte de una visión económica estadounidense designada a mantener a los palestinos 'atados' a una ocupación indefinida que nos niega los derechos fundamentales y la dignidad humana", han resaltado.
Por último, han dado las gracias a los países árabes por su "apoyo consistente a los derechos y aspiraciones de los palestinos" y han expresado su apoyo a la Iniciativa de Paz Árabe de 2002, que "reconoció que el fin al conflicto palestino-israelí y la estatalidad de Palestina son un requisito previo para la paz en Oriente Próximo".
RECHAZO A LA MEDIACIÓN DE EEUU
La Autoridad Palestina ya ha rechazado la mediación de Estados Unidos por su decisión sobre el estatus de Jerusalén, argumentando que mantiene una postura sesgada y favorable a los intereses de Israel.
Trump anunció el 6 de diciembre de 2017 el cambio a Jerusalén su Embajada en Israel, dinamitando con ello el único punto de consenso en la comunidad internacional sobre el conflicto entre israelíes y palestinos: que el estatus de la ciudad santa debía decidirse en un eventual diálogo de paz.
Un total de 128 países se manifestaron en contra de este movimiento en una votación de la Asamblea General de Naciones Unidas, pese a lo cual Estados Unidos y sus aliados han seguido adelante con sus planes. Israel considera zanjada la cuestión de la capitalidad de Jerusalén.