HARARE 22 Ago. (Reuters/EP) -
Las autoridades de Zimbabue han dejado de contratar a nuevos funcionarios debido a la difícil situación económica que atraviesa el país y que ha provocado un retraso en el pago de los salarios del Ejército y del sector de la educación.
La moneda local de Zimbabue perdió prácticamente todo su valor debido a la inflación, lo que llevó a las autoridades del país a adoptar el dólar estadounidense en 2009, pero actualmente sufre una escasez de dólares y además se encuentra luchando para asegurar la financiación internacional.
Los salarios del mes de agosto para el Ejército y los profesores se han retrasado más de una semana, algo que podría aumentar las tensiones políticas en el país, que también ha sufrido una sequía y una caída de los precios de los minerales. Todos estos factores han alentado las protestas contra el presidente, Robert Mugabe, de 92 años, que lleva en el cargo desde la independencia de Zimbabue.
En marzo de 2015 las autoridades ya comunicaron sus planes de congelar la contratación de funcionarios tras una auditoría de la administración pública cuyos resultados nunca vieron la luz.
El secretario de la Comisión de Servicio Público responsable de la contratación de funcionarios informó el pasado 2 de agosto a todos los departamentos del Gobierno que había congelado "la contratación de todas las vacantes críticas, no críticas y promocionales a efecto inmediato".
En el informe, al que la agencia de noticias Reuters ha tenido acceso este lunes, el secretario aseguró que "la contratación en casos críticos se considerará caso a caso".
Sin el apoyo de la balanza de pagos o la financiación de sus aliados occidentales, las autoridades de Harare gastan el 82 por ciento de su presupuesto nacional en los salarios del sector público.
Entre diversas deudas, Zimbabue debe 110 millones de dólares (unos 97 millones de euros) al Fondo Monetario Internacional, 600 millones de dólares (530 millones de euros) al Banco Africano de Desarrollo y 900 millones de dólares (750 millones de euros) al Banco Mundial.
Las potencias occidentales han impuesto diversas sanciones sobre el Gobierno de Mugabe por las acusaciones de fraude electoral y abusos de los Derechos Humanos. Por otro lado, los prestamistas, como el Fondo Monetario Internacional, han congelado la ayuda económica desde que las autoridades de Zimbabue cesaron los pagos en 1999.