QAMISHLI (SIRIA), 1 (Reuters/EP)
La zona kurda del norte de Siria ha celebrado este viernes elecciones locales, en un contexto marcado por reivindicaciones de una mayor autonomía que preocupan no sólo a Damasco, sino también a Ankara, que teme la consolidación de grupos como las Unidades de Protección Popular (YPG) --que cataloga de terrorista-- al sur de la frontera turca.
Las fuerzas armadas kurdas y sus aliados políticos controlan la mayor parte de la zona septentrional de Siria, al margen del régimen de Bashar al Assad. Han recuperado los territorios controlados por el grupo terrorista Estado Islámico gracias en gran medida al apoyo militar dado por Estados Unidos, que sin embargo se opone a la deriva autonomista.
Los líderes kurdos alegan que su objetivo no es constituir un Estado independiente, sino una zona con mayor autonomía, algo que por el momento no convence a Al Assad. El presidente sirio ha advertido de que su Ejército no parará hasta recuperar todos los reductos del país, independientemente del grupo que los controle.
Los kurdos, entretanto, han quedado fuera de los esfuerzos internacionales para la paz en Siria, tal como reclama una Turquía preocupada por el auge de organizaciones como las YPG. En este sentido, no asisten a las conversaciones de paz impulsadas por Naciones Unidas en Ginebra.
Una dirigente local, Hadiya Yusef, ha advertido de que las autoridades kurdas no reconocerán los posibles acuerdos que se pacten en la ciudad suiza, habida cuenta de que se deja fuera a los dirigentes que controlan el 30 por ciento de Siria. "No estamos presentes en estos encuentros y, por tanto, estamos desarrollando soluciones sobre el terreno", ha argumentado en declaraciones a Reuters.
Los votantes han elegido este viernes a sus dirigentes locales entre casi 6.000 candidatos, en la segunda de las tres partes de un proceso que culminará a principios de 2018 con los comicios para designar un nuevo Parlamento. En septiembre, ya se celebró una primera votación.
"Todo el mundo debería participar porque está en juego toda la región", ha afirmado Sheijmous Qamishlo, un ciudadano de 65 años que ha acudido a votar en un centro de Qamishli. "Es una nueva experiencia, ojalá tengamos éxito", ha añadido, en alusión a un proceso que considera un "deber nacional".