MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) - El fundador y presidente ejecutivo de la compañía Facebook, Mark Zuckerberg, ha pedido perdón este martes durante su comparecencia ante las comisiones de Comercio y Judicial del Senado de Estados Unidos por la filtración de datos de unos 80 millones de usuarios a la consultora británica Cambridge Analytica y ha asegurado que "fue un error". "Está claro que no hicimos lo suficiente para evitar que estas herramientas fueran utilizadas para hacer daño. Esto se refiere a noticias falsas, interferencias de gobiernos extranjeros en las elecciones y discursos de odio. También la privacidad", ha explicado. "No hicimos los suficiente y eso fue un error enorme. Mi error, y lo siento. (...) Yo empecé Facebook, lo dirijo y soy responsable de lo que sucede. No es suficiente con conectar a la gente, tenemos que lograr que esa conexión sea positiva. No es suficiente con darle una voz a la gente, tenemos que asegurarnos de que no la usan para hacer daño a otros o difundir desinformación", ha aseverado Zuckerberg, que se reunió el lunes con un grupo de diputados de cara a la comparecencia. Asimismo, el fundador de una de las redes sociales más importantes del mundo ha asegurado que la empresa no tiene en cuenta la ideología de sus trabajadores y ha insistido en que Facebook trata de ser lo más imparcial posible respecto a temas políticos. En respuesta a las preguntas del senador demócrata Patrick Leahy, que ha expresado la preocupación de los estadounidenses ante la crisis de privacidad de la compañía, Zuckerberg ha confirmado que Facebook está cooperando con el fiscal especial Robert Mueller, que está investigando la presunta interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, así como en la campaña del ahora presidente del país, Donald Trump. "No estoy al tanto de la existencia de citaciones al respecto, pero podría haberlas, estamos trabajando con ellos", ha aseverado en relación con la pesquisa de Mueller, según ha recogido la cadena de noticias estadounidense CNN. En este sentido, ha indicado que algunos de sus empleados han sido interrogados por el equipo del fiscal especial, algo que, sin embargo, no ha sucedido en su caso. "A mí no me han interrogado", ha asegurado. "Quiero tener cuidado porque nuestro trabajo con el fiscal especial es confidencial y quiero asegurarme de que no revelo nada que sea importante o esté sujeto a esa condición", ha explicado el empresario, que ha comparecido por primera vez ante el Congreso desde que fundó Facebook en 2004. Facebook se ha visto sacudida desde mediados de marzo por las denuncias de que la consultora política Cambridge Analytica tuvo acceso inapropiado a la información de millones de usuarios de la red social más grande del mundo, lo que le permitió crear perfiles sobre los votantes estadounidenses que fueron utilizados para apoyar la candidatura presidencial de Trump en 2016. Zuckerberg tiene previsto, además, presentarse este miércoles ante la comisión de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes para continuar respondiendo a las preguntas de los congresistas estadounidenses en relación con el caso. El programador de 33 años ha afirmado que la empresa atraviesa una crisis y que tiene previsto cambiar y responder positivamente ante las duras críticas proferidas contra la compañía dados los últimos acontecimientos. "Estamos inmersos en un amplio cambio filosófico", ha manifestado Zuckerberg en un intento por adelantarse a cualquier propuesta de legislación que pueda suponer una restricción de las actividades de la red social. El presidente de la comisión de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado estadounidense, John Thune, ha alertado de que "en el pasado los senadores han estado dispuestos a dejar que las empresas tecnológicas se autorregulen, algo que podría cambiar". "La sesión de hoy es cuanto menos extraordinaria. (...) Más de 2.000 millones de personas utilizan Facebook cada mes. 1.400 millones lo hacen cada día, lo que es más de la población de cualquier país a excepción de China y supone cuatro veces la demografía estadounidense", ha manifestado en un comunicado de la comisión. "En cierto sentido, el alcance de Facebook es lo que hace que estemos aquí hoy. Por lo que Zuckerberg ha descrito como una brecha en la confianza. (...) Tenemos muchas preguntas sobre el comportamiento de Cambridge Analytica y esperamos que haya una vista en el futuro para aclarar las cosas", ha continuado. El documento recoge que "la reciente noticia de que actores maliciosos han utilizado los fallos de privacidad de Facebook para utilizar cuentas falsas sólo añade más leña al fuego". Los más de 80 millones de perfiles afectados suponen aproximadamente un tercio de los usuarios activos estadounidenses y casi una cuarta parte de los votantes potenciales. Un portavoz de la compañía ha informado de que la empresa ya ha comenzado a poner al corriente a los usuarios afectados --la mayoría estadounidenses--. En relación a los términos de uso de Facebook, Zuckerberg ha argüido que estos "son los que son", por lo que los usuarios no pueden "enmendarlos" y ha destacado que la empresa debería "hacer mucho más" por reforzar sus políticos sobre el uso de contenido. Zuckerberg, que fundó la empresa cuando era estudiante de la Universidad de Harvard, sigue luchando para demostrar que sigue siendo la persona idónea para continuar al frente de la empresa, una de las mayores del mundo. El viernes, el desarrollador mostró su apoyo a la idea de perfilar una legislación que obligase a las redes sociales publicar la identidad de los compradores de espacios para anuncios online con contenido político. Por otra parte, durante la comparecencia ha reiterado que también respaldaría una normativa que implicara contar con el permiso de los usuarios a la hora de utilizar los datos de los mismos. En este sentido, ha hecho hincapié en que los detalles de tal legislación serían de gran importancia, por lo que sería necesario iniciar conversaciones al respecto. Además, ha asegurado que Facebook no colaborará de forma activa con la Administración Trump y su política migratoria y ha explicado que la empresa sólo coopera con el Gobierno si existe una amenaza inminente o si existe un motivo legal de por medio.