LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Agencia Tributaria aprehendió el pasado 4 de febrero un total de 28 kilos de cocaína ocultos en un contenedor en el puerto de Las Palmas (Gran Canaria), droga que iba a ser extraída por el método del ripp-off o gancho perdido.
En un comunicado, la administración explicó que la operación se inició durante un análisis de riesgos sobre todos los envíos procedentes de terceros países y sospechosos de poder contener sustancias estupefacientes, en concreto al comprobar la documentación de varios contenedores que despertaron sospechas.
De esta manera, los funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria especializados en aperturas de contenedores abrieron varios contenedores sospechosos en el recinto portuario.
Dicha apertura de los contenedores se realizó con la mayor rapidez posible, puesto que, de no hacerlo así, se corre el riesgo de que cualquier envío de droga fuera retirado en el mismo puerto de destino por cómplices de la organización narcotraficante.
Así, en uno de los contenedores abiertos se encontraron tres bolsas de plástico que contenían 28 kilos de cocaína. La droga se encontraba depositada en el suelo del contenedor, nada más abrir la puerta, oculta entre la carga legal que transportaba el contenedor, cajas de pollo congelado.
GANCHO PERDIDO O 'RIP-OFF'
Por su parte, este método de introducción de cocaína en territorio nacional, aprovechando el tráfico internacional de mercancías que llegan a los puertos en contenedores, es el denominado gancho perdido o 'rip-off'.
Dicho 'modus operandi' consiste en introducir la droga en una o varias bolsas, que permitan su fácil transporte y manipulación rápida, tanto a la introducción en el contenedor en el puerto de origen o de paso, como para su rescate en el de destino.
Las operaciones de gancho perdido se llevan a cabo por las organizaciones criminales con absoluto desconocimiento de los operadores comerciales que intervienen en la expedición, tanto del proveedor de la carga legal manifestada, como del destinatario que la importa.
Una vez en el puerto de destino, en la propia terminal de descarga donde se apilan miles de contenedores y antes de su entrega al importador, los contrabandistas se las ingenian para abrir el que les interesa, recuperar las bolsas o mochilas con la droga y colocar nuevamente un duplicado del precinto al cierre de puertas que los narcos en origen ya han preparado y dejado convenientemente en una de las mochilas.
Finalmente, la droga ha sido puesta a disposición del juzgado de guardia de Las Palmas, mientras que la investigación continúa abierta.