SANTA CRUZ DE TENERIFE 9 Jul. (EUROPA PRESS) -
Asprocan ha advertido este martes de que el acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y Mercosur, alcanzado tras 20 años de negociaciones, aumenta el riesgo de sobreabastecimiento de banana en el mercado procedente de terceros países, dado que el arancel pasa de 114 euros por tonelada a 75 euros.
Según este acuerdo, los países MERCOSUR se sumarán desde enero de 2020 a las condiciones de arancel preferente para la exportación de banana de la que ya gozan Ecuador, Colombia, Perú, Costa Rica, Panamá, El Salvador, Honduras y Guatemala.
Entre los países del MERCOSUR, solo Brasil exporta bananas al mercado de la Unión Europea y aunque estas cantidades exportadas "son pequeñas", la producción brasileña tiene un gran potencial agronómico y dispone de las infraestructuras y la experiencia necesarias para aumentar sus exportaciones de bananas, además de contar con algunas de las multinacionales más importantes del sector de la producción y exportación de banana a nivel mundial, avisan desde la asociación.
Según Asprocan, si se ratifica el acuerdo por parte de los parlamentos nacionales de los 28 Estados miembros de la UE, el Parlamento Europeo, el Consejo de Ministros de la UE y los cuatro Estados miembros del MERCOSUR, se "acentuaría aún más" el sobreabastecimiento que ya padece la UE, agravando la continua caída de los precios en verde --un -12% desde 2015-- y que alcanzó precios récord a la baja en 2018 y previsiblemente volverá a hacerlo en 2019.
Las cifras de producción de Brasil se situaron en 6,6 millones de toneladas de bananas en 2017, con una tendencia de ligero descenso desde 2011, año en el que se produjeron 7,3 millones de toneladas, mientras que Argentina produjo 175.000 toneladas y Paraguay 72.000 toneladas, en tanto que Uruguay no produce.
Para Domingo Martín, presidente de Asprocan, "nos encontramos nuevamente ante la tesitura de que un nuevo acuerdo de libre comercio viene a favorecer el incremento de importaciones de banana desde terceros países a los que se continúa aplicando unas exigencias medioambientales, laborales, sociales y de seguridad muy inferiores a las europeas, incrementándose así a la competencia en desigualdad de condiciones y poniendo en riesgo las producciones europeas".