SANTA CRUZ DE TENERIFE 11 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Cabildo de El Hierro ha introducido 74 ejemplares de canutillo de Sabinosa (Silene sabinosae), nacidos en el lugar conocido como Andén Bermejo-Risco de Las Cabras, tras su germinación y cuidados en el vivero insular.
Esta acción se llevó a cabo ayer por parte de personal del Área de Medio Ambiente de la Institución con la ayuda de los alumnos de la Escuela Insular de Seguridad y Emergencias, informó hoy la Corporación insular en un comunicado de prensa.
Este arbusto endémico y exclusivo de El Hierro se caracteriza por tener flores de pequeño porte y color rosado, agrupadas en racimos sobre largos pedúnculos. La especie se ha adaptado a vivir en las grietas de los riscos. Los pocos ejemplares que sobreviven se localizan en los denominados Riscos de Sabinosa, localizados dentro de la Reserva Natural de Mencáfete.
En 2007, la institución herreña contabilizó en 137 los ejemplares de este arbusto que aún existen en la isla, frente al último censo realizado como resultado del programa SEGA 2006 del Gobierno de Canarias que revelaba la existencia de tan sólo 37 plantas.
Los científicos realizaron una salida de campo al pueblo de Sabinosa y encontraron 24 plantas en Paso de Zamora, 45 ejemplares en La Laja, 29 plantas en Lomo de Cabras y 39 en el Andén Bermejo.
Tras el hallazgo, se recolectaron semillas que se han puesto a germinar en las instalaciones del vivero del Cabildo de El Hierro. Tras la aprobación por parte del Gobierno de Canarias del Plan de Conservación del Hábitat del Canutillo se encomendó su ejecución y la planificación de las actuaciones previstas en el mismo al Cabildo de El Hierro.
"Con la actuación efectuada ayer hemos querido reforzar uno de los núcleos conocidos donde crece esta planta", afirma la consejera de Medio Ambiente, Claribel González. El Plan de Conservación del Canutillo tiene como finalidad restaurar y ampliar el área de distribución de la especie, así como promover acciones que permitan minimizar los efectos negativos del pastoreo, de tal manera que se produzca una evolución favorable de la población y su hábitat.
Las cabras asilvestradas suponen la principal amenaza sobre la especie, dado que ramonean las plántulas y juveniles limitando el crecimiento de la población fuera de los lugares inaccesibles.
El Plan de conservación de la especie se dará por concluido cuando la población se consiga incrementar hasta 600 individuos y se haya conseguido eliminar o reducir notablemente los factores de amenaza.