SANTA CRUZ DE TENERIFE 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Cabildo de Tenerife, en colaboración con la Fundación Endesa y la Fundación Universidad de Valladolid, llevará a cabo un estudio exhaustivo para identificar y caracterizar entre 20 y 30 ejemplares de cedro canario de gran antigüedad en los riscos más inaccesibles del Parque Nacional del Teide.
Esta investigación forma parte de un ambicioso proyecto de conservación para recuperar y proteger esta especie emblemática y amenazada, que juega un papel fundamental en la biodiversidad de la isla.
Además de este estudio, el Cabildo cuenta con un proyecto también para 2025 que incluye un plan de expansión de los bosques de cedros en el Parque Nacional del Teide, con la plantación de 17.000 nuevos ejemplares a partir de semillas de los árboles sobrevivientes, informa en una nota.
El equipo de trabajo estará compuesto por investigadores, escaladores y personal especializado del parque, quienes prospectarán las zonas más difíciles de acceder para localizar los ejemplares más antiguos.
Cada uno de estos árboles será cuidadosamente caracterizado en cuanto a su forma, dimensiones y ubicación, y se obtendrán muestras de Carbono 14 (C14) para determinar su edad en un laboratorio especializado en Polonia.
Los resultados del estudio serán divulgados en prestigiosas revistas científicas y se documentarán con un reportaje fotográfico de alta calidad, con vistas a su publicación en medios especializados como Quercus y National Geographic.
Esta iniciativa contribuirá a la preservación y expansión de la especie, garantizando su conservación a largo plazo.
Los cedros del Parque Nacional del Teide han sido capaces de superar cinco erupciones volcánicas en los últimos 500 años, continuas caídas de rocas, y aun así han podido desarrollarse en un clima árido y frío, sin apenas suelo.
Precisamente, la antigüedad de estos cedros ha sorprendido a la comunidad científica.
En 2022, uno de estos ejemplares fue datado en 1.481 años, convirtiéndose en el árbol más antiguo de la Unión Europea.
Las investigaciones anteriores han revelado que la edad de estos árboles en la alta cumbre insular, que van a ser investigados, se sitúa entre 4 y 15 siglos, destacando su extraordinaria longevidad.